Ya van 11 de las condiciones: 1. Identificar qué te gusta y para qué eres bueno, 2. Soñar con lo que deseas ser y pensar en grande, 3. Viajar, 4. Rodearte de personas con fuego emprendedor, 5. Planifica cómo cumplir con tu sueño, 6. Estar dispuesto a sacrificarse por ese sueño, 7. Estudiar y la perenne curiosidad por saber, y 8. Sentirse el mejor dentro de un caparazón de humildad, 9. Sé perfeccionista, 10. Dar más de lo que uno vende, y 11. Disfrutar del juego de la independencia y el riesgo. Aquí las últimas 3 y un bonus que creo que vale la pena mencionar (¡serían entonces en realidad 15 las condiciones!)…; 10. Perseverar: Buena parte de las frases célebres de la humanidad se refieren a esta condición. Quien cree en un sueño y lucha por él, debe tener la confianza de que el éxito llegará tarde o temprano. “La paciencia es la fortaleza del débil y la debilidad del fuerte”. Quien se ve reducido o profundamente afectado después de unos cuantos tropiezos, claramente no contaba con un sueño suficientemente sólido. La perseverancia, sin duda, tiene que ver con el tiempo, y existe incluso una teoría que indica que el éxito es conseguido con trabajo duro, y después de 10 años de práctica o 10,000 horas. Mozart, por ejemplo, compuso sinfonías bastante regulares en sus inicios, y sólo a los 21 años, después de llevar 10 componiendo, por fin logró una “obra maestra”. Igual ha ocurrido con muchos “expertos” o genios que se han analizado. 11. Responsabilidad: Aunque sé que es difícil cumplir con la palabra siempre, es importante esforzarse por lograrlo o al menos desfasarse por poco y pocas veces. Me refiero a hacer cumplir la palabra en todo sentido (horas de reunión, plazos con clientes y colaboradores, nivel y calidad de productos – servicios prometidos, etc.). Si prometes un servicio o un producto en especial, debes hacer lo que sea por entregarlo de esa manera, o mejor aún; la credibilidad hoy en día es el activo más importante de las personas y de las organizaciones, y si eres responsable lograrás avanzar con más facilidad. De alguna manera, la responsabilidad se convierte en “disciplina”, la cual se ha mencionado desde siempre como un factor elemental para el éxito. 12. Integridad y justicia: La integridad mantiene encarrilada la responsabilidad pero, mejor aún, es una columna vertebral firme que endereza tu vida. Si actúas con integridad, las personas que te rodean y de las cuales dependes para que tus sueños se realicen -empleados, clientes, proveedores, amigos, familia, etc.- creerán en ti porque sabrán que eres justo y bienintencionado; además, te sentirás bien tú mismo. El que no logre fama de “serio” y “recto”, simplemente recibirá en su día a día personas a la defensiva que trabajarán para no perder, pero no para ayudarte a ganar. Por último, debo decir que la salud mental y física es absolutamente necesaria, y aunque uno quisiera que los días tengan 30 horas porque no alcanzan, y crea que el cuerpo es una máquina, la realidad es que es necesario poner la mente y el cuerpo en otras cosas. Hacer deporte y tener aficiones diferentes a las laborales son una necesidad imperante, y un ingrediente ineludible en la receta del éxito. *Director de Criterium - Investigador de mercados - mercadólogo - asesor estratégico gerardo@criterium.com.co
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