El carbón sigue siendo la principal fuente energética en Alemania, según datos de la Federación de la Energía publicados el martes, mientras la producción de lignito, muy contaminante, alcanzó el pasado año incluso un récord desde 1990.
El 45,5% de la electricidad en Alemania está generada con carbón, lignito y hulla, lo que supone unos 629.000 millones de kilowatios/hora, casi estable con relación a 2012.
El lignito representa el 25,8% del total, lo que le convierte en la primera fuente energética del país. Con unos 162.000 millones de kilowatios/hora producidos, es la mayor cantidad desde la Reunificación de las dos Alemanias en 1990.
La muerte clínica del sistema europeo de certificados de emisiones de dióxido de carbono ofrece una ventaja competitiva al carbón con la caída de sus precios.
En una Alemania en plena transición energética, que quiere recurrir cada vez más a las renovables, éstas representan el 23,4% de la producción y el 24,7% del consumo eléctrico.
El objetivo de las autoridades alemanas es que para el 2030, las energías limpias representen el 50% del consumo y para el 2050 el 80%.
Pero el aumento de las renovables en la producción fue inferior a la del carbón, debido "principalmente, al tiempo", dijo Hildeberg Müller, presidenta de la federación BDEW que destacó la falta de viento.
La energía de origen nuclear, que el país quiere abandonar para 2022, se mantuvo casi estable pasando del 15,8% en 2012 al 15,4% en 2013.
El papel preponderante del carbón se traduce en emisiones de dióxido de carbono en alza, pese a que Alemania ha sido pionero en la protección del clima.
Esta "paradoja de la transición energética" es la "consecuencia lógica de decisiones políticas", dijo Müller, sobre todo la de abandonar la energía nuclear que adoptó Angela Merkel en 2011.
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