Un domingo cualquiera, a las 9 de la mañana, usted pasa por el parque Apolo y respira pureza. A un lado de la Ermita del Cabrero, huele a tomate, espinaca, col y a ese delicioso aroma de tierra mojada que provocan las gotas de agua cayendo sobre el suelo fértil de la huerta comunitaria Terra Sana. El nacimiento de este santuario no fue sencillo, hace un año el panorama de tierra removida y plantas dando frutos, no existía; solo había basura, ropas viejas colgadas por doquier y malos olores, por lo que los habitantes de barrio El Cabrero se preguntaron qué hacer para recuperar ese espacio emblemático y de esa pregunta tan pequeña surgieron tantas ideas que, entre otros beneficios, han logrado activar Asocabrero y están pensando en otras actividades comunitarias. ¿Pero cómo empezó este proyecto? Aquí les contamos.
Una serie de sucesos...
Merly Beltrán Vargas dirige la fundación Tu Cultura, una organización que además de fomentar el turismo sostenible en la ciudad, hace parte de Limpiarte, iniciativa que apoya y fomenta la limpieza en las diferentes plazas. Por esa actividad se conocieron con representantes de Asocabrero, quienes les pidieron hacer en noviembre del año pasado, un Limpiarte en el Apolo.
“Recogimos cerca de 40 bolsas de basura con todo tipo de desechos, pero también encontramos que tantas hojas secas podían servir para composte y fortalecer las plantas del parque”. La basura fue el punto de encuentro, mano a mano con Vive Yoga Cartagena y con el apoyo del hotel Santa Clara, Asocabrero y la iglesia del barrio, consiguieron que alguien con experiencia en huertas viniera a ayudarles a comenzar. De ahí en adelante, van en ascenso.
Cultivo de valores
Son más de 30 metros cuadrados al lado de la Ermita del Cabrero, donde ahora se cultivan hortalizas como batata, cebolla, lechuga, tomate y frutas como la ciruela, el limón, la guayaba... entre otras especies. Pero además de eso, dice José Guevara, de Asocabrero, están cultivando valores. “Hemos logrado revivir este espacio y ahora, con el apoyo de toda la comunidad, pretendemos aprovechar su carácter histórico, turístico y ambiental. Es difícil que todos esos elementos se concentren en un espacio, allí está la importancia de cuidar el Apolo”, argumenta Guevara.
Todos los domingos
El plan los fines de semana es ir a Terra Sana. Aunque diariamente hay voluntarios que abren el parque, limpian y riegan lo necesario, los domingos son los días para hacer tareas que fortalezcan la huerta. “Empezamos con yoga, seguimos con Limpiarte, que es de donde sacamos el material para hacer más orgánicos. Después de eso, asignamos tareas, removemos la tierra y arreglamos cosas...”, dice Merly. A la huerta comunitaria puede llegar a ayudar quien lo desee; en este momento cuentan con más de 50 voluntarios, entre estudiantes del colegio Montessori -que hacen su alfabetización con ellos-, vecinos de El Cabrero, miembros de las organizaciones y de otros proyectos cercanos.
Los frutos
Cada cosecha en Terra Sana es una nueva idea, por eso en torno a ella hay otros proyectos, como el semillero de niños Pachamama, que ofrece talleres dentro de la huerta y otro que usa los frutos para preparar bioproductos. Así también los resultados se ven, comenta Guevara, en la unión que ahora tienen los habitantes del barrio, lograron un acuerdo para que Pacaribe limpie varias veces a la semana y están fortaleciendo sus procesos sociales. Los mejores resultados, dice Merly se ven en el aprovechamiento del espacio y en que, con los esfuerzos de cada uno, podrá haber muchas otras Terra Sana en el resto de la ciudad.
Conversatorio ambiental
Este miércoles 26 de abril, en el Instituto Colomboamericano, sede centro, se realizará el conversatorio ambiental “Huertas comunitarias herramientas de desarrollo sostenible”, en el que se presentará la experiencia de Terra Sana, con el fin de replicar y multiplicar esta experiencia en otras zonas de la ciudad. Aunque en Cartagena hay varios proyectos de huertas caseras, esta parece ser la primera huerta comunitaria.
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