Canal Varadero: ¿Llenar la Bolsa del Capital y Destruir el Coral?


En nuestros días es un hecho reconocido que Cartagena de Indias es una de las ciudades más llena de magia a nivel internacional por sus encantos naturales, la riqueza patrimonial y la calidad anfictiónica de nuestras gentes que la han convertido en la urbe fantástica, agregando una nueva categoría a los diversos títulos que a través de la historia ha obtenido la urbe por el talante de sus habitantes que en verdad la han amado.
Sin embargo, en los últimos años, la tendencia ha sido también la de convertirse en una ciudad de debates, mediante los cuales de una forma u otra, está ligada la realidad nacional e internacional.
Tal vez el debate más recurrente y antiguo es el existente en torno a los niveles de ineficiencia y corrupción, profundizados y hechos más visibles en el presente año en algunas entidades locales, niveles que mantienen al Alcalde de la ciudad en los últimos lugares de evaluación de la gestión, de acuerdo con encuestas realizadas por entidades de alta credibilidad a en Colombia.
De igual modo, alcanzó proporciones notables el debate en torno al acuerdo de paz suscrito por el actual gobierno nacional, en el cual las mayoría cartageneras votamos por el Sí, superando a quienes optaron por el No y por el Nunca Jamás, aunque a la larga, salieron avante estas últimas opciones en el ámbito nacional.
Con posterioridad al vital debate anterior, se volvió viral en las redes y otros medios de comunicación, la discusión en torno a la utilidad de la filosofía, luego que el burgomaestre de la ciudad, en un programa televisivo pusiera en duda, la valía de la madre de todas las ciencias en el mundo occidental, dejando muy mal librada y puesta en entredicho la formación del gobernante, para ejercer tan importante cargo, en una ciudad tan compleja socialmente como la nuestra.
Los coletazos de los huracanes Mateo y Otto, armaron también la polémica en torno a la ineficiente gestión de las autoridades civiles, ambientales y de gestión del riesgo, y en torno a la fragilidad ambiental de la ciudad frente a este tipo de fenómenos, los cuales cuando observo la furia de las fuerzas de la naturaleza me hacen temer la ocurrencia de un desastre de gran magnitud –Dios no lo permita- en las comunidades de Castillo y Bocagrande, La Boquilla y Mar Linda , entre otras, para no extender la lista.
Más con anterioridad, ante las denuncias de los actores afectados de inmediato, la ciudad se conmocionó cuando se descubrió que los trabajos de profundización del canal de acceso a la bahía removieron los sedimentos del fondo marino, donde reposa más de una docena de toneladas del letal mercurio, elemento causante del “Mal de Minamata” en Japón con sus horribles secuelas de enfermedades y muertes por doquier, mal que también tiene presencia en Cartagena, sin que autoridad ambiental alguna presente una opción de solución a corto o mediano plazo; la historia los juzgará.

Pero la gota que derramó el vaso se dio cuando las autoridades del orden nacional advirtieron que algunas líneas de atún enlatado estaban contaminadas con índices de mercurio, superiores a los límites absurdamente aceptados por la norma, porque la presencia de contaminantes y mucho más la de mercurio y metilmercurio, en los alimentos, por humanidad debe ser 0.00.
Hoy, de nuevo surge otro debate trascendental en la ciudad sobre la conservación de los recursos naturales marinos iniciado por los ambientalistas, las comunidades insulares y un grupo valiente de científicos y periodistas.
Es mi intención unirme a ellos también, utilizando la información de la ciencia y de los periodistas aquí referenciados, sin que ello implique la más mínima responsabilidad de los sectores arriba mencionados; los juicios de valor aquí expuestos son de mi estricta responsabilidad, buscando de igual manera, impedir que se cometa un nuevo atentado contra los recursos naturales de la ciudad, de manera especial contra el arrecife de coral al cual hoy se pretende destruir para permitir el ingreso a la bahía de barcos con una capacidad igual o superior a 14.000 contenedores y de barcos petroleros, todo ello tendiente a convertir a Cartagena en un superpuerto de acuerdo con las informaciones que dan algunos de los líderes del proyecto.
Dada la extraordinaria riqueza natural que representa un arrecife coralino, de manera especial, las especies en peligro y los altos niveles de degradación y contaminación que tiene Cartagena y la búsqueda incesante de la sostenibilidad ambiental y social es pertinente formular de nuevo el interrogante del titular: ¿CANAL VARADERO: LLENAR LA BOLSA DEL GRAN CAPITAL Y DESTRUIR LA RIQUEZA DEL CORAL?
La respuesta lógica es un NO rotundo a semejante despropósito por las siguientes 10 razones:
1. El arrecife Varadero, de acuerdo con las investigaciones de los científicos que lo han estudiado y de las informaciones periodísticas, es un sistema de vida o ecosistema de los más valiosos del Caribe con una superficie de un kilómetro cuadrado, con dos o tres kilómetros de ancho que se profundiza entre dos y 30 metros en el lecho marino, entre la isla Tierrabomba y Barú, desde la punta de éste nombre hasta la Isla Draga; allí conviven 38 especies de corales y varias de peces y moluscos , crustáceos y otros organismos estratégicos en la cadena alimenticia de los seres marinos y la seguridad alimentaria de las comunidades insulares.
2.Sin embargo, las características, más llamativas del arrecife, es que los corales oscilan entre 300 y 400 años de existencia y lo que es superior : estas colonias de animales muy pequeños, durante un extenso tiempo han podido sobrevivir sanos a pesar de los embates de los sedimentos del Canal del Dique, las múltiples formas de contaminación que aniquilan a los seres vivos de la Bahía de Cartagena y los efectos de las embarcaciones que a diario surcan el mar a velocidades imprudentes y ecocidas también.
3.La permanencia de los corales, la cual puede considerarse a mi juicio un milagro de la naturaleza, ante tantos impactos ambientales negativos, de acuerdo con los científicos sirve para estudiar cuales son los mecanismos y modos de defensa y de adaptación que utilizan los corales de Varadero para conservarse sanos; ello sin duda alguna permitirá elaborar nuevas propuestas de la ciencia para recuperar arrecifes coralinos enfermos y moribundos especialmente en el Mar Caribe donde los corales tienen una cobertura de sólo el 10 y hasta el 20% en contraposición con Varadero donde la cobertura en promedio es del 50% y en algunas zonas hasta del 80%.
4. Observadas así las situaciones, es un despropósito del gobierno central(Invías, Mintransporte, ANLA, vice presidencia Minanmabiente y otras) Ecopetrol, Contecar, Sociedad Portuaria Regional y la Financiera de Desarrollo Nacional, pretender construir un canal alterno al de hoy en la zona referenciada, canal que bien puede construirse en otro sitio.
5. No puede continuar derramándose la bolsa del gran capital repleta de miles de millones de pesos, dólares y euros, a costa de la destrucción de los recursos naturales marinos de la ciudad y de la mayor miseria material que acosa a nuestras comunidades insulares y costeras, pues, degradar, fracturar o eliminar el arrecife coralino, implica destruir un extenso hábitat en el cual se reproducen decenas de especies de animales que favorecen la escasa seguridad alimentaria de las poblaciones referenciadas.
Este ecocidio, sin justificación de ninguna índole significa también destruir la belleza de un fondo submarino que cada vez se torna más feo ante los cadáveres coralinos blanqueados por el cambio climático y otros fenómenos de estos espacios cuya magia natural se torna cada vez más pequeña.
6. Más el impacto ambiental negativo no sólo será para los ecosistemas y las comunidades insulares; otros sectores de la economía como el turismo, la recreación y la hotelería entre otros saldrán altamente perjudicados, pues la obra es de gran magnitud:
es necesario dragar 3.5 millones de metros cúbicos desde el inicio del canal hasta la entrada a la bahía, para garantizar una profundidad de 18 metros y 160 metros de ancho en la base.
7. Se trata de una obra de magnitud gigantesca, en cuya construcción es inevitable el daño ambiental irreparable. Mateo López Victoria biólogo investigador de la Universidad Javeriana manifiesta que:
a. Parte del arrecife será destruido.
b. Las estructuras de los corales quedarán fisuradas por la vibración de las dragas.
c. La sedimentación llegará a niveles altamente nocivos.
8.Ante ello, para encontrar soluciones amigables con el ambiente, la naturaleza, las comunidades insulares , los demás sectores económicos que se perjudicarán con la construcción del canal y la sostenibilidad ambiental y social sólo queda en pié una opción : buscar otro sitio para construir el canal en el cual el impacto ambiental y social sea menos negativo, sea sostenible como deben ser todas las obras que amparadas por el sello “del progreso” afectan el ambiente.
Sin embargo, de acuerdo con el investigador referenciado, es posible también trasladar las colonias de corales a otros sitios donde se garantice la supervivencia y sea posible continuar con los estudios que tanto interesan hoy a los científicos y a nosotros los ambientalistas.
9. No es posible ignorar las evaluaciones que de Varadero hacen los científicos a través de Science, una de las revistas científicas más importante del Mundo:
Varadero representa un ejemplo único en el mundo de como a pesar de siglos de contaminación, este ecosistema mantiene una cobertura de coral en promedio del 50% y en algunos sectores alcanza el 80%...Presenta una oportunidad de estudiar como los corales enfrentan la contaminación, el tráfico de embarcaciones y los sedimentos, amenazas que están poniendo en peligro a otros arrecifes en todo el mundo. (Science).
10. En nuestros días, cuando en las fuentes del poder se habla de:
Responsabilidad social empresarial,
gobierno de equidad, educación, paz,
y sostenibilidad que garantiza un Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible,
Ninguna consideración económica, ninguna consideración economicista, al igual que ningún tipo de consideración humana puede justificar el ecocidio que pretende cometerse.¡ Los nuevos aires de paz, reconciliación, y desarrollo humano no lo permiten!
Por ello es imprescindible también acudir a la buena conciencia de los funcionarios gubernamentales empeñados en el proyecto, a los líderes empresariales que lo consideran justo y necesario y a la movilización social de las comunidades, los ambientalistas, los científicos y los periodistas, movilización a la cual hay que dar mayor fortaleza, pues los inicios está dados desde hace más de dos años. Este es el reto que todos tenemos que afrontar, recordando el poema de Bertolt Brecht:
Cuando talen el último árbol,
cuando sequen el último rio,
¿que haremos con el dinero en los bancos?
O tal vez mejor este proverbio de los Indios Cree:
Cuando el último árbol sea cortado,
el último río envenenado,
el último arrecife de coral arrasado
el último pez pescado,
sólo entonces el hombre descubrirá que el dinero no se come!... Y que el bienestar de unos pocos no se puede construir sobre las ruinas del patrimonio natural de una ciudad y el malestar de las mayorías!
Para culminar estas necesarias reflexiones, es imprescindible reconocer las valiosas investigaciones de los científicos: Mateo López Victoria de la Universidad Javeriana de Cali, Sara Rodríguez, Melina Rodríguez y Fernando Zapata de la U. DEL Valle, Mónica Medina de la Universidad Estatal de Pensilvania, la Fundación Ecomares, entre otros valientes amigos de la ciencia y la vida, al igual que a los periodistas John Montero, Diana López y Luisa Ortiz, entre otros, igualmente valientes por sus valiosas informaciones.


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