"No sé Ernesto, no sé"


He llegado a la conclusión de que el que escribe nunca muere, porque más allá de las facultades perennes del papel, vale la pena recordar las buenas historias. En el caso de Ernesto McCausland Sojo (q.e.p.d.) escribir, dirigir, presentar, investigar, narrar, contar como sólo el sabía, con su magistral estilo, hace que hoy, cuando se cumplen 4 años de su partida, siga vivo para quienes fuéramos sus alumnos, colegas y seguidores.

El 21 de noviembre de 2012 las páginas que inmortalizaron sus crónicas tuvieron que contarle al mundo la triste noticia de su deceso, una pérdida que dejó huérfano al periodismo y al Mundo Costeño, que más que ser el programa que dirigió entre 1987 y 2007, para mi es un ente territorial que guarda lo más importante de nuestra cultura e idiosincrasia, y a los célebres hijos que han contribuido a ella con su obra.

Sus excelentes crónicas tuvieron como protagonistas a controvertidos personajes como Fidel Castro, La niña Emilia, Rafael Orozco, El Pibe Valderrama, nuestro Nobel Gabriel García Márquez y Diomedes Díaz, una de las más pintorescas y recordadas por su popular respuesta “No sé Ernesto, no sé” al encontrarse desarmado cuando el periodista le preguntaba sobre la muerte. Y es que tenía que ser un genio como McCausland al contar y narrar, para darle otro enfoque a su entrevista y preguntarle al Cacique de La Junta algo tan básico y trascendental como la muerte, en lugar de ahondar en los típicos temas de interés del artista.

Recorrió la geografía caribe y nacional detrás de historias que plasmó en sus diferentes columnas, programas, libros y películas, con las cuales ganó múltiples premios nacionales de cine y periodismo. A través de su especialidad, la crónica, siempre contó historias asombrosas de personajes originales, porque no necesariamente se dedicaba a los famosos, también habló de aquel pianista samario “no toco” a quien apodaron así por su obstinada decisión de no tocar el piano en un evento al que fue invitado, o la anécdota guajira de Moncho y María, que hoy conocemos por las respuestas “eso es problema tuyo María” o “eso es problema mío”. (https://www.youtube.com/watch?v=JyXcz1Hp1pQ)

Quién como él, que nos contó la minucia de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestro mundo costeño, temas que inspiraron canciones, como la celosa “Juanita” que hoy escuchamos en la voz de Carlos Vives o la vida de “El gavilán mayor”, sólo por mencionar algunas de las innumerables historias que sacó del anonimato y con su estilo anecdótico nos contó.

Ernesto McCausland, devoto creyente, juniorista consumado y cantante vallenato frustrado, como se autodenominaba, partió de manera prematura luego de padecer cáncer de páncreas. Lo que sé de él es porque lo he leído, ya que no tuve el placer de conocer tan honorable Maestro, colega e ídolo literario; aunque a decir verdad, de haber tenido a tan excelso y admirado personaje cerca en alguna conversación o entrevista probablemente intimidada sólo se me hubiera ocurrido contestar: “No sé Ernesto, no sé”.

Descansa en paz Ernesto.
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