Voy donde me lleve el corazón


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Saia Vergara, Medusa

Todos los nombres son conocidos, todos saben de dónde vienen y hacia dónde van con las obras, y en sus fotografías hay un tesoro de imágenes grandiosas. Algunas trasmiten la maravillosa ilusión de creer tocar con la mirada figuras y metáforas que nos han legado viejas épocas. Otras relampaguean ante nuestros ojos el espectáculo ilusorio de la realidad, pero no todas se esfuerzan por embrujar, por arrollar, con fulgores y oscuridades (con arrebato), divisiones humanas comunes: profundidad y superficie, sensibilidad e inteligencia, movimiento y reposo, ...y lo que mejor hacen es confirmar la belleza obvia de Cartagena, sin “conjurar” el lente de sus cámaras a representar lo que está por encima o abajo de las cosas que se erigen, ondean, huelen o salen de paredes, de calles, o caen de las alturas (una lluvia encantaría) o regresan al mar. Reinciden en valores patrimoniales, históricos comunes de la cotidiana “máscara” de la ciudad.
En las salas Arquitectura y Personajes, mucha repetición simple del pasado, donde nada puede suceder que no haya sucedido, y nada puede acercársele porque es un modelo. Todo está inscrito en un diseño, con días pulcros y cámaras perfectas. No es difícil manosear un horizonte estable, un lugar representativo, en el cual cada cosa ha encontrado solución, como si todo estuviera ya resuelto porque evita expandirse.
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Titi Martelo, Intensidad

Voy donde pueda inflamar mis pensamientos. Me había ilusionado con Embrujo por Sara Ángel, a quien, bajo cien mil aspectos y colores, agradecemos su aparición, por entregarnos la ilusión de un nuevo destino para el arte emergente en Cartagena, al tomar las riendas del Museo de la Presentación. Podemos volver a cantar, elevar los brazos y golpear los pies contra el suelo por el espacio y su directora, pero a los fotógrafos (nuevos, profesionales y aficionados) de la exposición faltó henchizo para "movernos” el cielo, la tierra, las cosas, las criaturas y las pasiones, una importante razón, que a mi parecer, lleva a las proximidades del arte.
En la mayoría de la muestra hay mucho y puro talento, pero pocas brujerías. No siento futuro y no se me demora el tiempo (solo advierto memorias). Las imágenes no quedan agitándose dentro y alrededor de nosotros. No se si esto es bueno o es malo. Es simplemente así. En una explicación posible, quizá, se equivocaron al nombrarla Embrujo o no estoy preparada para contemplar lo que está dentro, y en superficie, de una fotografía “enmarcada”, regulada, en la ley del mercado convencional (que tanto reasegura).
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Hernán Vanegas, Personajes

Sin embargo, atraída por otros registros, en Saia Vergara, sumergida con su “Medusa”, en Hernán Vanegas con “Personajes” sobre el muelle, en Titi Martelo, frente a la “Intensidad” de su casita de colores, y con Marha Delvalle, sobre “Voy llegando”, encontré condiciones para imaginar. Me dieron presagios de que las cosas -que ellos ponen en mi presente y presencia- andarán, seguirán...
Justine, nov. 2013
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Martha Delvalle, Voy llegando

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Una fotografía hermosa de la colección de Titi Martelo, para la sala Texturas, curiosamente, no está colgada, pero sí es una obra que embruja. ¡Divina! como diría Sara.

La mejor obra de Arturo Acero se vendió la misma noche de la inauguración. ¡Felicitaciones amigo de la infancia! La adquirió un comprador ansioso, quien no esperó la clausura para llevársela. Otros admiradores podremos recordarla si el artista la conservó en sus archivos porque no esta en el catálogo de la muestra.


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