200 Mejores Orquestas Salseras 15: Tania de Venezuela, Enamorado Estoy


200 Mejores Orquestas Salseras 15: Tania de Venezuela, Enamorado Estoy.
En plena mitad de mi vida, en contra de la corriente de mi entorno social, que me arrastraba de manera inexorable hacia el machismo perenne, decidí dejar por siempre esta pésima herencia, a mirar, a tratar y a convivir con las mujeres de manera diferente y mejor a como lo había hecho en el pasado.
Entonces definí que la mejor forma de dejar de ser un estúpido machista es enamorarse de una mujer, y darle muchos afectos porque el amor hacia ellas conjuga tres irremplazables valores:
1. La Pasión, ese sentimiento que hace dar vuelcos al estómago y volar cientos de mariposas en su interior, esa que nos eleva a las nubes con los éxtasis sensuales de ella y los nuestros, esa que nos hace desesperar y creer que moriremos al siguiente día si no la vemos y la amamos en persona, esa que nos llena de cariño, nos lleva a cobijarnos entre sus brazos como en la ranchera de José Alfredo Jiménez, o entre sus hermosos senos como en el canto de Roberto Carlos el brasilero de Capoeiro.

Es la pasión, la fuerza del amor que nos conduce a la dulce prisión de sus negros, bellos y largos cabellos, como en los cantos de Alfredo Gutiérrez Vital; esa que cuando acariciamos su piel canela o clara nos hace temblar de la cabeza a los pies y, esa que al fin nos impregna de magia el cuerpo y el alma y nos convierte en magos levitadores, con esa fuerza espiritual que la eleva hasta el infinito cielo, en una noche de amor inolvidable.
2. La valoración real y objetiva de su ser femenino, sopesando su talento, sus estudios, sus esfuerzos de superación, su liderato, su calidad de persona, sus competencias del ser y el saber convivir con los demás, y aceptándola tal como es a lo bien; ello en el campo espiritual y social porque nunca está demás unos bellos ojos, unos largos, frondosos y negros cabellos, unos redondeados senos, unas curvas, aunque apenas se insinúen, y con la parte donde termina la espalda bien pronunciada y en extremo llamativa.
3. Lo anterior implica e invita a la solidaridad recíproca, porque eres el primero en darle tu mano en los momentos difíciles y recibir la de ella de manera recíproca, pues el amor tiene también este componente social que mantiene la pasión y la valoración positiva hacia el ser que amamos y nos ama, ya que la vida me enseñó: ¡que el amor es asunto de dos: ella y yo!
Así, procurando llevar a la práctica el discurso, pensé entonces que después de reseñar 16 orquestas masculinas, ¿por qué no reseñar las agrupaciones musicales femeninas ahora? si el talento es igual y si al fin y al cabo,¡ aunque a muchos le duela el alma, las féminas cantan mejor que el más bravo de los soneros, sin discusión alguna !
Es en este marco donde resalto el arte de una de las mujeres que han grabado muchas de las canciones más hermosas del mundo romántico por su música, por su sensualidad, por la nota sentimental del cantar, y por sus letras; me refiero, es obvio a Tania la venezolana que nos acompañó a enamorar a otras mujeres, por supuesto con la respectiva adaptación masculina, en los años 70, si mis recuerdos no me traicionan.
Tania de Venezuela, no es precisamente una salsera, pero sus canciones combinan de manera sutil, muchas veces y otras de manera abierta , los ritmos del gran Caribe, como el son, la plena, el bolero(de acuerdo con sus discógrafos) con la cumbia colombiana, sin que falte el toque inconfundible de los ritmos folclóricos de la patria de Simón Bolívar, lo cual, en una mágica fusión nos brindan esas delicias que casi 50 años después nos embelesan y nos hacen recordar viejos amores y sentirnos siempre enamorados como ella canta.
Revisando mis viejos archivos cerebrales y mi modesta colección de “petardos musicales”, comprobé que mi memoria no me traicionó.
…En efecto: el año 1973 Tania editó dos LP. que contienen varios de sus más grandes éxitos, entre ellos Enamorada, Si yo pudiera y Playas de Mi Tierra.
En ese entonces, vivía mis primeros 23 años, pletóricos de sueños, ilusiones y esperanzas, con un seguro sendero para conquistar un título universitario profesional y más enamorado que nunca.
“Enamorada” de Tania, era la canción del momento en la radio, en las fiestas, en las discotecas del centro de Cartagena en ese entonces, en las casetas domingueras y de fiestas novembrinas; adaptada a mi masculinidad, fue la canción más apropiada para cantar al viento mis sentimientos apasionados:
Cuando te vi por primera vez,
mi corazón empezó a latir,
mi corazón que estaba dormido
comenzó a latir.
Entonces siento en mí ser,
la sensación que da la inquietud,
dulce locura que da el amor,
es lo que ahora me inspiras tú…
Enamorado, enamorado, estoy desde que te conocí,
desde que te yo te miré,
por primera vez.
Enamorado, enamorado estoy…
Allí, en esos sitios hechos para el goce sano, para disfrutar de la buena música, el baile, y de un buen momento romántico, la cantaba al oído de la amada acompañada de “Si Yo Pudiera”. Sus melodías y sus letras me convertían en cual fugaz declamador, aunque fuese con versos prestados, pero de todas maneras,
también a su oído susurraba:
Si yo pudiera expresar cantando,
todo el amor que llevo por dentro,
te entregarías apasionada,
sabiendo todo lo que yo siento,
te entregarías apasionada,
sabiendo todo lo que yo siento,
te quedarías siempre a mi lado,
con la ilusión en el pensamiento.
No sabías que yo cantaba, me gustaba cantar en verso.
Y cuando yo estoy enamorado,
en mi canción cabe el universo,
porque cuando estoy enamorado,
en mi canción cabe el universo…
Más aquel amor bonito el viento se lo llevó y de nada valió que le cantara “Regresa Corazón”, aquella otra preciosa joya musical de Tania:
“Regresa, regresa, no te puedo olvidar, vuelve mi lucero,
Regresa, regresa, regresa mi amor, mira que te quiero”.
Así la vida impasible dictó su veredicto: pronto dejamos de amarnos a pesar de su regreso; el viejo refrán: “Amor de lejos, amor de pendejos” ¡se cumplió de manera inexorable ¡
Hoy, en los centros médicos o en los comerciales nuestros encuentros son casuales y cuando se atreve a mirarme a los ojos leo en los de ella sus deseos de volver; pero entonces recuerdo la primera de sus despedidas y le canto en silencio aquellos versos de Vete a Llorar” que un día Tania cantó a un mal amor:
“Vete a llorar al río,
así aumenta su cauce,
No creo en lágrimas fingidas,
Por eso mi amor debes alejarte…
Después de estos, otros encuentros con la música romántica de Tania se me han dado en la vida, con el Favor de Dios, momentos felices, pero extensos para relatar; sin embargo existen en mi vida de “melómano empedernido” otras valiosas ocasiones en las cuales disfruto del arte de la venezolana:
En los Lp. Tania Insuperable (1977) y Tania Indiscutible(1980) aparecen de manera respectiva “Gracias a Dios” y el camino a Cristo; son canciones que jamás he escuchado en estos contornos de “La fantástica”, en los cuales las gratitudes al Creador no se hacen esperar por el don del canto que le dio, como a las aves canoras, por su libertad, por su felicidad; de igual manera es significativo el canto a su encuentro con Cristo Jesús, a su compañía protectora y el andar su camino, bajo esta divina compañía.
Ahora, más enamorado de las canciones de Tania La Bonita de Venezuela y del amor, continúo disfrutando de sus cantos acompañados del acordeón, los violines y las arpas y gaitas del maestro Hugo Blanco y llega el momento de encontrarme con la canción social que a través de su voz recorrió América Latina y Colombia, convulsionadas en los difíciles años 70.
“Campesino de Mi Tierra” (1974) y “El Aguacero”, son tal vez, a mi gusto las canciones más representativas de esta línea, las cuales ponen al descubierto las durísimas condiciones del hombre del campo latinoamericano en general y venezolano, en especial, agravadas por la crisis sin precedentes que vive el hermano pueblo en nuestros días del 2017:
Trabajas de sol a sol,
para ganarte el sustento,
contento haces tu labor,
con promesas que te hicieron.
Y cuando abres los ojos
y ves la mentira abierta,
riegas la tierra que aras con tus lágrimas y penas,
riegas la tierra que aras con tus lágrimas y penas…
De igual forma, en mis encuentros personales con Tania no podían faltar las canciones navideñas y para disfrutar de estas fiestas, después de las canciones de Héctor Lavoe con Willie Colón, de Bobby Cruz con Richie Ray y de Diomedes Díaz Maestre, las imprescindibles son las de la fémina cantante:
Parranda en Navidad y llegó la Navidad son dos cantos diferentes con música alegre: el gozo de la fiesta que conmemora el nacimiento de Jesús El Mesías, el primero y el segundo, una denuncia descarnada sobre las dos caras de la celebración: la de quien todo lo tiene y la de quien nada posee en esta vida: salud, vivienda digna, educación y trabajo decente; hoy son las estampas históricas de Venezuela, aumentadas ahora al 700%.
Finalmente, en los momentos levitantes de los encuentros con Tania, es reconfortante encontrar Playas de Mi Tierra y Yo Soy Cartagena, himnos de amor a las playas hermosas de Isla Margarita y Colombia y un viejo canto a la heroica de Billos (1974) en el cual el temple de Cartagena sale a flote en la voz primorosa de nuestra artista años después:
Yo, yo, yo soy Cartagena,
Yo, yo soy tierra de la buena,
Yo soy Cartagena brava,
que nunca fue doblegada.
Son añoranzas de los viejos tiempos de las playas coralinas y evocación de los poemas del Tuerto López:
Fuiste heroica en tus tiempos coloniales,
cuando tus hijos, cual águilas caudales
no eran una caterva de vencejos.
Más hoy… llena de rancio desaliño,
Bien puedes inspirar ese cariño
que uno le tiene a sus zapatos viejos.
Hoy mis recuerdos, me conducen hasta el año 1983, cuando Tania graba con Andy Montañez un LP. poco escuchado en nuestra ciudad; después vienen las recopilaciones y álbumes conmemorativos; desde entonces busco a La Bonita aunque muy seguido canto con ella a dúo.
Sin embargo, cantar con ella en persona y darle un beso enamorado en su mejilla izquierda es mi sueño…Ayúdenme a hacerlo realidad!


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