Las fiestas de la independencia las cuales venimos celebrando los cartageneros y gran parte de la provincia bolivarense desde el año 1812 cuando se cumplió el primer aniversario de la gesta libertaria del pueblo raso de Colombia y la élite criolla frente a la dominación española, al igual que todo evento protagonizado por los seres humanos, ha tenido sus fortalezas y debilidades a través de la historia.
En representación de las primeras figuran:
1. La reafirmación de los sentimientos patrios frente a una población inmolada en aras de la libertad 2. la conservación de la memoria histórica.3 El reconocimiento a una minoría de líderes criollos que enarbolaron las banderas de la liberación frente a la opresión, y a un pueblo (en segundo lugar) que ofrendó su vida tras ideales propios y promesas de la clase dirigente.
4 .De igual forma, las fiestas de independencia con sus múltiples manifestaciones culturales, entendida la cultura desde unas de sus variables más comunes como la fiesta, y el jolgorio, la expresión de la creatividad de nuestro pueblo mediante el canto, la danza, la literatura, el teatro, la mascarada y el disfraz hijos naturales del carnaval, trasladados a las fiestas de la independencia desde los inicios.
Este, como todos sabemos, invita al goce y el disfrute sano de los placeres terrenales a los cuales los humanos tenemos pleno derecho, aunado al disfrute del ocio creativo o del ocio reparador de las energías espirituales y corporales, que a lo largo de nuestras vidas nos niega la moderna esclavitud asalariada.
5 .A lo anterior se suma durante muchos años la manifestación del talento de nuestras mujeres, expreso en la actividad cultural a la par de los varones, amén de sus siempre naturales encantos que aprisionan los más puros pensamientos de quienes sueñan tenerlas a su lado independientemente de su corporeidad racial triétnica.
6. También las féminas se destacan en el diseño de disfraces y máscaras, en el diseño de las modas y vestidos, los maquillajes y toda suerte de disfraces que dan vida al carnaval, incorporado- valga la redundancia- a las fiestas de la libertad.
7. La participación espléndida de diversas comunidades festivas del Departamento de Bolívar, con sus centenares de artistas, cuya gobernación e Icultur hicieron suyas las celebraciones patrias.
Es lógico pensar que existen muchos más factores positivos aunados a los anteriores; sin embargo la extensión del presente no permite explicaciones más amplias por lo que en el ámbito de las debilidades se destacan:
1 .La discontinuidad de la celebración, motivada en las guerras que asolaron el país a fines del siglo pasado y comienzos del presente.
2 .las disputas antagónicas de las facciones políticas.
3 .Las dificultades económicas y el manejo politiquero que se le dio a la organización de los festejos, de manera especial partir de la década de los 60 el cual implicaba: malversación de los dineros públicos, ineficiencia y falta de planeación.
En síntesis, la gran debilidad y amenaza histórica de las fiestas de independencia ha sido la corrupción, la mediocridad de la clase dirigente local y la carencia de un organismo administrativo que gerencie con carácter empresarial, unas festividades que son patrimonio de un pueblo entero, que jamás olvida la gesta heroica de sus antepasados.
Esto es corroborado por Enrique Luis Muñoz autor del libro “Cartagena Festivas” (2007), el texto más completo sobre el historial de nuestras fiestas, cuando afirma:
“Desde luego, la ciudad en noviembre no es la misma. Cuando su clase dirigente fue ajena a esa realidad se quedó dormida en la gloria de su pasado. La fiesta descubre y denuncia al mismo tiempo la decadencia de su clase política, su corrupción y alejamiento de la esfera de los sectores populares. Se puede inferir que el poder político en su rebatiña partidista pierde su importancia al hacer caso omiso de sus reivindicaciones sociales y se aleja de las identidades y sentido de pertenencia”.(pag.421).
4. A lo anterior se aúna el incremento de la violencia, la inseguridad, la delincuencia, el desorden y el vandalismo de los desadaptados sociales, procesos, que aunque de diario ocurrir, cobran niveles mayores durante los días de celebración, pese al incremento notorio de la fuerza policial.
5. El manejo imprudente e irracional de la pólvora, el cual produjo quemaduras en varias personas, desató un conflicto entre un sector de la comunidad de Manga y la Policía Nacional y en el Pie de La Popa alteró desde mucho antes de las fiestas la tranquilidad ciudadana y familiar; ello como muestra de lo ocurrido en muchas otras comunidades del Distrito.
Sin embargo, debe resaltarse que desde 1989, Cuando la Fundación Gimaní Cultural crea el respectivo cabildo, las fiestas empiezan a revitalizarse, hasta alcanzar el grado de civilidad y creatividad que en días pasados se observó en el Desfile Estudiantil Héroes de la Independencia, en el bando tradicional o batalla de flores y por supuesto en el imponente Cabildo de Getsemaní, gracias también a un valioso comité de Revitalización , del cual hacen parte diversas entidades públicas y privadas y actores festivos como los educadores, artistas de índole variada, periodistas, escritores y gestores culturales.
Acompasada a estas acciones, están la de una gran masa popular, que no sin dificultades, debilidades, altos y bajos, empieza a comprender y de hecho comprende el valor del buen comportamiento social y de la convivencia sana en las celebraciones colectivas referenciadas, sin que ello implique negar grandes lunares, serias dificultades y actos muy reprochables de violencia que debemos superar para celebrar las fiestas que todos deseamos de corazón.
No obstante los signos positivos referenciados, hoy en contra de mi voluntad, pero fiel a la verdad debo escribir que el gran perdedor de estas celebraciones fue el ambiente y la educación ambiental y con estos, el ser humano, en especial el cartagenero.
Efectivamente, el ambiente concebido como el conjunto de relaciones económicas, sociales, políticas y culturales que establecen los humanos consigo mismo y los demás seres de la naturaleza fue el gran perdedor; diversos factores así lo demuestran:
1, Nueve asesinatos, ocurridos en los días de fiesta motivados por la intolerancia, las retaliaciones vengativas y otros factores, hacen sonar de nuevo las alarmas y despertar las alertas, sobre el malestar social causal de hechos tan aberrantes.
En estos aberrantes hechos, la gran perdedora es la Ecología Humana al convertirse el hombre en criminal depreda dador de su propia especie
2. 41 accidentes de tránsito con 28 personas heridas, más 300 comparendos por infracciones en cinco días de festejos, dejan mucho que desear, de decir y corregir en la conducta ciudadana.
De nuevo resulta como gran perdedora la Ecología humana; el cartagenero se autodestruye con mayor fuerza; la razón y el sano juicio son derrotados por la imprudencia y el consumo de licor y sustancias psicoactivas.
3. Más de 15 toneladas de residuos sólidos recogidos en solo dos de los desfiles más destacados de la celebración, pone en entredicho el civismo de los cartageneros, de los cuales millares de millares, de manera histórica se acostumbraron a vivir entre inmundicias y residuos y a quienes la oportunidad se le brinda propicia, para desatar los instintos del desaseo y la degradación del ambiente.
Ahora, los perdedores somos varios:
El ambiente, que ya no resiste más atentados, los educadores sobre el ambiente y los ambientalistas quienes decepcionados, más no derrotados, observamos como nuestros esfuerzos quedan tendidos en el pavimento por ausencia de la educación ambiental entre las masas que festejan y pierden la más elemental sensibilidad del ser humano, al ensuciar lo que a medias estaba limpio, pues a pesar de los servicios de aseo, esa es la constante de la ciudad, una vez pasa el noble o la noble escobita.
4. Pero la conducta de la suciedad no fue exclusiva de los espectadores, o de algunos miembros abundantes de los grupos celebrantes; los palcos de las élites también quedaron llenos de residuos, lo que obligó a los operadores del aseo distrital a realizar operativos especiales, una vez fueran retiradas la estructuras colocadas para el uso necesario del momento.
Presentadas así las responsabilidades de los actores centrales es válido preguntar:
5. ¿Dónde está la responsabilidad del pos consumo de las grandes empresas productoras y distribuidoras, de cervezas, gaseosas, licores, espumas, mecatos, chucherías y demás?
6. ¿Dónde está la responsabilidad de las autoridades del ambiente y de la educación ambiental, que mantienen a esta como la cenicienta más miserable del presupuesto? ¿Dónde está la sensibilidad y conciencia ambiental frente a estas situaciones que pueden entrar en el camino de las soluciones, si se tuviese la voluntad política?
7. ¿Que escribir de los fabricantes de espumas, hechas con sustancias químicas dañinas al ser humano? Y peor aún: que opinar de los usuarios que sin compasión las arrojan en los ojos de los celebrantes y/o espectadores de la fiesta?
De manera definitiva hay que concluir que todas estas situaciones es un absurdo al atentar contra la integridad corporal del cartagenero y con su otra parte integral que es el ambiente;
Por estas razones sin el ánimo de caer en fundamentalismo escribo que vale la pena re-pensar nuestras fiestas de independencia para hacerlas:
1. Más humanas: Mayor respeto y valoración para los seres de este género.
2. Más patrióticas: Mejor y mayor valoración de los actores populares en la gesta libertaria.
3. Más académicas, fortaleciendo la investigación y divulgación de su historia.
4. Más ecológicas, y cero contaminantes.
5. Más fraternales y cero violencia, riñas o conflictos.
6. Más comprometidas con la educación ambiental y la Ecología.
7. Más llenas de compromiso de cada uno de nosotros los cartageneros, a dar en estas fiestas lo mejor que tenemos como ser humano y creyente en Dios y en Cristo Jesús que también celebró con vino, así como también lo hacemos muchos de nosotros, porque en estas y las fiestas de diciembre que vienen, bien vale la pena.
Con los afectos de siempre:
uellesq@hotmail.com
