Gustavo Gutiérrez Cabello..."Confidencias" de un Poeta del Caribe.


Gustavo Gutiérrez Cabello…”Confidencias de un Poeta”  Del Caribe.

En las brumas de las madrugadas “frías” de  fines  de febrero e inicios de marzo, desvelado por las realidades de la vida comienzo a leer un imaginario libro que me obliga  a  recordar  los años 60, cuando pleno de juventud, con decenas de sueños a cuestas y de duros caminos surcados por las injusticias y superados  por el trabajo y el estudio constante y exitoso, me encuentro con los sucesos más importantes del mundo y de nuestra américa durante el bienio 1968-1969

L a insurrección de Estudiantes en Francia, la masacre de estudiantes en México, la declaración   de los obispos de Medellín, el avance de las luchas de liberación en Vietnam, la primera llegada del hombre a la luna, el fortalecimiento del hipismo, y con este la celebración del  Primer Festival de Woodstock, música rock de la durísima,  y paralelo a  ellos, Alfredo Gutiérrez presentaba dos de sus volumes de Romance Vallenato.

Allí en uno de esos eventos de cultura y sabor Caribe, de manera  formal me encontré con Gustavo Gutiérrez Cabello, invitado especial, a quien Alfredo grababa una de sus canciones insignias: “Confidencia”.

De inmediato, al  acercarme a la zona VIP distinguí al hombre de Valledupar quien lucía “ al cuello un pañuelo blanco y en el pecho una acordeón”.

 En seguida lo  saludé y me presenté en  mi condición de primera voz del Conjunto “Pasión Vallenata” y como su presentador de planta; esta nota no le dijo nada a Gustavo, pero si mi nombre que sonaba en Emisoras fuentes de Cartagena en la cual comentaba sobre vallenatos en el programa especial de Pedro Pérez  Barrios, uno de los más escuchados en ese entonces.

Sin embargo, la larga conversación que se anunciaba fue interrumpida de pronto por la voz del presentador del  evento y por el acordeón de Alfredo, no quedando otra alternativa que la de aceptar la invitación de los músicos a hacer el coro de “Confidencia”, esta, que esa noche sonó así:

Gustavo Gutiérrez canta,

en Valledupar, cuando  sale el sol,

nada compara este encanto,

sólo tu mirar divino mi amor.

Si pudiera volver al pasado en confidencia te escribiría,

tus besos con mayor encanto,

en confidencia , te pediría:

bésame todos los días…

 Cuantas veces he cantado “Confidencia”, lo he olvidado, a la par  de las veces que la  interpreté para enamorar la mujer de mis sueños; todas estas dudas  convierten en inciertas las realidades de mi pasado,  pero lo que si es cierto es que es muy difícil encontrar un encanto igual al que produce un amanecer en Valledupar.

Hoy, casi, o más de 25 años después evoco, cuando en mi condición de miembro regional de Ecofondo viajé a Pueblo Bello,  en las cercanías de la tierra del Festival vallenato.

Allí con un grupo de costeños hicimos una  parranda vallenata y luego en las horas de la tarde pude comprobar la veracidad de esta frase:

…Y cuando hay tiempo de lluvias,

 las nubes besan la punta del cerro…

En ese paraje, a más de 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar, aprecié en toda su magnitud el fenómeno que inspiró al vallenato  al componer: “Así  fue mi querer”, una soberbia interpretación de Poncho Zuleta.

La nube, enamorada de la montaña baja  a  darle caricias a esta  y llena de emoción se transforma en millones de gotas de agua bendita, esencial para el equilibrio ambiental de estas zonas por cuya belleza conocida doy gracias a Dios.

Muchos años después, cuando la vida y mi decisión personal me llevó a las aulas de la Universidad del Atlántico me encontré de nuevo con los poemas de Gustavo, con los versos musicalizados de “Mis Amigos me Recordarán”.

Hoy, más de 40  años después, recuerdo que en 1972 era una de mis favoritas, la cual cantaba con mi  primer conjunto Vallenato de la U .formado por guajiros, barranquilleros sincelejanos y cartageneros como yo, que  en horas libres disfrutamos del placer inmenso de la música; todavía recuerdo estos fragmentos:

Gustavo Gutiérrez vive,

y nació en Valledupar,

añora viejas costumbres,

 dicen que es sentimental…

Todavía yo canto al compás de un son,

yo soy de esos hombres,

que lloran a veces por un amor…

Y mis amigos, mis amigos,

Se que me recordarán,

porque  mi nota es muy sentida,

 mi nota es muy sentimental.

En la continuidad  de las confidencias de Gustavo, para los hombres románticos y amantes de la música es muy difícil olvidar los buenos amores y las viejas y buenas amistades, de manera especial, aquellas con quienes compartimos extraordinarias celebraciones y parrandas.

Hoy recuerdo a mis amigos universitarios de Barranquilla, a los del barrio de mi juventud: Las Delicias ( Esperanza) y a los de la vida, como Rodolfo Figueroa y Javier Corrales, la gente de mi combo de “Parrandas Inolvidables”, esas  sobre las cuales nos canta Gustavo:

,

“Parrandas inolvidables se fueron”…  porque..

“Todo cambia la vida es así…

De tantos aconteceres,

 se alimenta el alma mía

aún queda fresca la huella,

de un ayer que tanto quería”…

por ello:

“Yo no puedo separarme

 de las cosas más hermosas ,

más ligadas a mi vida,

  como estar enamorado”…

  De esta forma, en el marco de  la poesía de Gustavo Gutiérrez, a mi vida  colgada en un pentagrama le tocó   experimentar con muchos años de anticipación el drama  que nos canta el poeta en “Sin Medir Distancias”.

Todo sucedió en Barranquilla en el año 1973 ó 74 ; aunque un año más, o menos no cuenta, y mucho menos el día,  hoy recuerdo con exactitud que fue un lunes, cuando a las nueve de la mañana llegué a la facultad de educación, como  siempre: alegre ,cantando el vallenato de moda.

 Sin embargo mi amigo, José Barliza,  a pesar de ser un guajiro invidente, de inmediato, fue el único que notó  el cambio en mi interior, que no era el mismo “Trovador” (Así me llamaban por mis cantos) que siempre había conocido y lanzó la pregunta directa:  quien era la causante  del dolor que leía en  mi canto triste; por muchas excusas que le dí no logré convencerlo  de que nada pasaba y hasta ahí llegó la situación  y de inmediato  volvimos a interpretar las canciones  de Poncho, Jorge Oñate, Alejandro Durán y las de Alfredo Gutiérrez, es decir los cantos vallenatos de moda.

Pero en esta vida  es posible engañar   a todo el mundo, menos a nosotros mismos: José tenía toda la razón de la vida: 48 horas antes, aquella a la que tanto canté:

Ya tengo tus besos ya soy feliz,

al fin esta pena se pudo acabar,

ya tengo tus besos,

no hay porque sufrir,

solo quiero vida pa’ poderte amar…

Eran” Los Novios” de Alfredo con la letra de Freddy Molina; era la canción que le dedicaba a menudo a aquella que un sábado en la noche me dijo: “lo siento, no podemos seguir, estoy enamorada de otro”; por ello , si en ese momento hubiese existido “Sin Medir Distancias” (grabada en 1986) mi amigo hubiese cantado con Gustavo:

Solitario en el camino se va alejando mi pena,

amigos que me conocen,

me dirán

que es lo que pasa en tu interior,

no eres el mismo que he

conocido lleno de vida y de ilusión,

Se nota  a

leguas  de verdad

 que te lastima el corazón,

se nota a leguas que estás

sufriendo por un amor.

Con Gustavo han sido muchos los momentos que hemos compartido juntos en festejos y demás celebraciones,

 cantando , cantando,

 cantando versos bonitos,

como muchas veces lo hizo el Cacique de La junta, Diomedes Díaz; de manera especial , el recuerdo más reciente que conservo es aquel cuando interpretamos “Confidencia”.

Gustavo llevó la voz líder y Poncho Zuleta, Carlos Vives y yo hicimos los coros de rigor; son momentos inolvidables , que hoy permanecen grabados en Youtube ; sin embargo, más  especiales son los recuerdos del año 1985 cuando Gutiérrez compuso “Mi niño se Creció”.

En uno de esos parajes hermosos del Guatapurí que inspiraron a Freddy Molina a escribir Amor Sensible:

Tanto te quiero que pienso,

Sin saber lo que he pensado,

Nos acariciamos y luego,

 solo se que yo te amo…

intercambiamos algunos criterios sobre la crianza de los hijos, sobre nuestras relaciones con ellos cuando van creciendo y nuestras preocupaciones por que logren ser mejores que nosotros y quieran más a su mamá , asi como a la nuestra queremos.

Hoy pienso que esas vivencias del poeta  quedaron escritas en esta canción inolvidable que interpretaron también Los Zuleta:

Los hijos que tanto quiero, vinieron  a endulzar mi vida, y con mi madre querida, lo que más quiero, lo que más quiero…

Ay ,aya yay, ya mi niños

se crecieron por el patio

 ya no están por

 la calle se alejaron

…sus caritas angelicales

 y hoy unos hombres se volvieron…

Así todo cambia con el tiempo y los polluelas y las polluelas salen a hacer sus propios nidos, buscando la felicidad ,esa que añoramos todos los seres humanos, esa a la que tanto le ha cantado Gustavo y tantos otros poetas de nuestro suelo, a quienes  Dios les concedió el don de musicalizarlos para nuestro goce espiritual y para ligar a cada experiencia vivida una canción de esas que ponen a latir más fuerte el corazón.

 


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