Un encuentro con la Poesía Ecologizada de Raúl Gómez Jattin


UN ENCUENTRO ECOLOGIZADO CON LA POESIA DE RAUL GOMEZ JATTIN.
(Ponencia presentada en el XI Parlamento de Escritores de Colombia. ( Del 14 al 17 de agosto del 2013 ).
UBALDO ELLES QUINTANA.
ESCRITOR, AMBIENTALISTA, HISTORIADOR Y PEDAGOGO.
Al hilvanar mis recuerdos personales sobre Raúl Gómez Jattin evoco sus andares lúcidos por el centro histórico de Cartagena, las menos de las veces, y la mayoría de estas observo todavía la silueta del hombre olvidado por amigos y familiares, el hombre que deambula, sin rumbo fijo, derrotado por la sociedad, que en ese momento lo detestaba y había categorizado como un paria, el bardo a quien en vida sólo se le reconoció la calidad de sus poemas casi al final de ésta, (salvo, algunas excepciones notorias, entre ellas, las notas periodísticas de Gustavo Tatis Guerra,Ricardo Vélez Pareja, Bibiana Vélez y Milcíades Arévalo, cuyo “Puesto de Combate” nos honra en este XI Parlamento de Escritores de Colombia.
Sin embargo, después de la publicación del Tríptico Cereteano, en 1988 vinieron los reconocimientos, apresurados por su trágica partida en Mayo de 1997, cuando una destartalada pieza del caótico transporte urbano puso fin a su existencia terrenal, cuando deambulaba preso de su desvarío mental
Sin embargo, el caso de Raúl, no es, ni será el único en estos lares, donde la práctica social de la envidia y del ejercicio malsano del gobernante, nos acostumbró , primero al desconocimiento del Otro, a hacerlo invisible para ocultar la mediocridad del poder y de la influencia política y segundo, a la seudo crítica corrosiva del talento de los demás, con quienes no se comparte gustos, ideologías , roscas amigables o posición social, de manera especial por parte de aquellos cuya fortuna y posición social se vino a menos y hoy se escudan en el empleo oficial, o de los arribistas, a quienes el ascenso en la escala de la sociedad les quedó demasiado grande , para con humildad reconocer el talento de los creadores de las ciencias, las artes y la cultura en general.
Es en ese ambiente de la primera mitad de los años 80, en la que transcurre parte de la vida de Raúl, cuando Cartagena de Indias ya había sido declarada Patrimonio cultural (1984) de la humanidad, y cuando pensar hacer arte ,cultura e investigación era una osadía, cuando la creación cultural y la gestión de eventos de este tipo era tan escasa, que casi nunca dos programas culturales se cruzaban en el transcurso de una semana.
Vale decir lo anterior que el boom cultural de la Cartagena contemporánea, apenas daba sus primeros pininos y entre ellos los míos, a póstando en “la maestra vida” de la que nos canta Rubén Blades a ser Historiador en el Centro de Historia de Cartagena, Pedagogo militante con la Fundación de Investigación Pedagógica de Bolívar y escritor con la Asociación de Escritores de La Costa, liderada desde entonces por el insigne amigo Jocé Daniels, sin olvidar también los esfuerzos culturales que iniciaba entonces el Banco de la República.
Del Raúl vivo que recuerdo, evoco cuando el poeta caminaba las menos ardientes , en ese entonces, calles del centro histórico de La Heroica, y conservo el retrato que un día el mismo poeta me regaló; el retrato fue lo más inesperado del mundo:
Si quieres saber de este Raúl
Que habita estas prisiones,
Lee estos duros versos,
Nacidos de la desolación,
Poemas amargos,
“Poemas simples y soñados”,
Crecidos como crece la hierba,
entre el pavimento de las calles.
Más en medio de estos “poemas simples y soñados” nacieron los poemas ecologizados, aunque controvertidos al interior de esta esencia.
Recuerdo que una tarde de esas intemporales, conversando con Raúl, bajo una gigante y vieja ceiba del Pie de La Popa, de las pocas que habían resistido la tala de los urbanizadores y constructores y el olvido del Estado, de los poderosos sin alma y del ciudadano de a pié, Raúl me pidió un pedazo de papel y, ahí en ese instante , de ese momento mágico debajo del ser condenado a desaparecer ante la sierra asesina o del hacha del verdugo moderno, nació uno de sus poemas más representativos de sus versos ecologizados como es:
“Pequeña Elegía” :
Ya para que seguir siendo árbol,
Si el verano de los años,
me arrancó las hojas y las flores,
Ya para que seguir siendo árbol,
Si ya el viento no canta en mi follaje,
Si mis pájaros migraron a otros lugares,
Ya para que seguir siendo árbol
Sin habitantes,
A no ser esos ahorcados ,
Que penden
De mis ramas como frutas podridas en otoño.
En una posterior ocasión, conversando con el poeta, y observando el vuelo de los pelícanos a orillas del Mar de la Cruz del Norte, lo que hoy denominamos Avenida Santander, en uno de esos momentos de lucidez e inspiración cósmica el vate escribió para la eternidad sobre uno de los seres más emblemáticos de la naturaleza:
Pájaro.
Tengo en la cabeza,
Un pájaro celeste
Que anida en esta prisión,
Tengo en este pájaro ,
un ardiente corazón
Tengo en ese corazón
Una frágil esperanza
De volar hacia Dios.
Son estos poemas una muestra significativa de la metafísica del pensamiento ecologizado del poeta, una expresión del sufrimiento de la flora del Caribe, cuando el denominado verano arrasa con los más débiles, cuando el viento ya no sopla fresco , sino que arrastra la canícula inclemente del cambio climático que a todos nos asesina y cuando el pájaro abandona la prole en el quemante nido, porque su hotel de cinco estrellas , el árbol, ese ser maravilloso cuyo nombre se escribe también con cinco letras, se vino abajo.
Más en el seno de esta poesía transgresora como la del Tuerto López, como la llaman algunos de sus críticos, Raúl no pierde de vista que el árbol de las zonas suburbanas del Caribe Colombiano, es una de las herramientas preferidas de los suicidas, cuya valentía o cobardía frente a la muerte o la vida aún no ha sido determinada a ciencia cierta, pese a que nos alistamos para colonizar la Luna y demostrar con pruebas fehacientes el origen del universo al cual pertenecemos los habitantes de la Tierra.
Pero más allá de sus versos sobre los seres garantes de la vida en el planeta, el bardo caribeño se eleva hasta el cosmos en su inmensidad y convierte al ser más hermoso de la naturaleza, después de la mujer, en el vehículo que lo ha de transportar hacia el Hacedor Supremo : Dios.
Profundizando en la búsqueda del pensamiento ecologizado de Raúl me tocó seleccionar también a aquellos poemas que nos unieron como amantes de los jardines y del clima terrenal de cada mes del año, a aquellos que conjugan el patrimonio natural con el patrimonio cultural, a aquellos que evocan las creaciones maravillosas de la naturaleza y los paisajes inolvidables del Caribe Colombiano, a los que en el lenguaje de las ciencias ambientales , bien podríamos denominar ecosistemas estratégicos.
Por ello en una de las tardes, cuando el sol muere el lecho del mar, las preferidas por nosotros para conversar sobre las artes y la cultura, sobre poetas y escritores, sobre la vida cotidiana del heroico pueblo de Cartagena de Indias y sus Cercanías ,Raúl y yo sentados en el Baluarte de Santa Catalina nos centramos en el transcurrir de la vida histórica de los pueblos de la Zenufana Amerindia avasallada casi hasta el exterminio por el imperio español, sobre los sobrevivientes a la masacre, las enfermedades y la explotación inmisericorde, sobre los campesinos contemporáneos de las sabanas de Córdoba, Bolívar y Sucre, sus luchas por la tierra en los tiempos de nuestro recordado maestro Orlando Fals Borda, sobre la exquisita belleza de las mujeres sabaneras y de su inefable ternura.
Sin embargo, el tema más fascinante para Raúl , en esa tarde fue el del rio Sinú. Allí en ese lugar mágico de Cartagena de Indias, el poeta levitando declamó uno de sus poemas más bellos hechos con el sello verde, y que ya había publicado en el Tríptico Cereteano (1988).
Del libro Amanecer en el Valle del Sinú Raúl Gómez, dejó oír su voz con estas palabras hechas versos:
El Viajero del Rio:
Parloteo de comadres acuciosas,
Tiernas sosas, final de la tarde.
TU vienes como un pequeño dios
Entre las flores.
Tu las observas en sus mecedoras,
Sol que muere,
Dios que pasa
Mirada que enamora.
Ellas dicen un adiós a las dalias.
Es esta poesía de Raúl la que aún mantiene con vida el diálogo de las comadres pueblerinas, pues el de las comadres citadinas hace varios quinquenios desapareció, bajo la piqueta del progreso y el modernismo que acaba con las relaciones del cara a cara.
Es este poema del vate cartagenero el que nos trae a la memoria las maravillas, de Dios y la naturaleza, parecidas a la mujer por belleza y sus suaves aromas:las flores y entre ellas las dalias que junto con las margaritas, los lirios, las azucenas y los jazmines se niegan a desaparecer en esta selva de cemento que cada mañana empieza a arder con 38 grados a la sombra.
Después de estos encuentros ecologizados con la poesía de Raúl Gómez Jattin en Cartagena de Indias, atendiendo una de sus escasas invitaciones, viajé a la casa del hombre en las bellas sabanas de Córdoba, y al contemplar la belleza del patio de la humilde y desolada residencia comprendí de donde surgía la fuente de su inspiración, y descubrí las musas que lo inspiraron para escribir soñando :
“Erótico Imaginario”
Está quieto el jardín esperando la tarde,
De un marzo que se anunciará ventoso
Tan fugaz que parece enero.
Penetrado de noche de acacias y limoneros,
opalino a lo lejos en la frente del cielo,
el jardín se estremece por dentro.
Entre ramas secas y hojas podridas
Dormitan escarabajos, libélulas y lagartos.
Un gato de ocio y maldad acecha una mariposa…
Más no conforme con lo anterior el poeta delirando en su propia creación, de nuevo se inspiró par declamar:
“El mes Adolescente”
Llegó abril con sus aguas escasas,
Colocando diamantes en cada hoja,
El mes de los árboles aún sedientos,
el mes de la enredadera que trepa el muro.
Joven abril, como una adolescente casi virgen,
Te deseé en las tardes de verano
Y ahora llegas primoroso
a encantarme con el batir de tu llovizna.
Amado abril, beso tu piel de esmeralda,
Me entristezco bajo tus cielos grisáceos,
Con las voces de tus pájaros,
Me hago un nido del tamaño de mi deseo.
En ti estremecido de ternura ,
Derramo leche agria
del amor que ha esperado.
Mi encuentro final con el Raúl lleno de vida al que recuerdo caminando siempre presuroso, fue aquí en las calles de este centro histórico que hoy nos cobija en su seno de fachadas coloniales, de sueños y desilusiones de un pueblo que lucha por sobrevivir vendiendo cachivaches y toda clase de verduras, con sus loteros y chanceros , los vendedores de ilusiones, y las provocadoras de orgasmos masculinos en la vida horizontal de la Calle de La Media Luna, por donde penetró a la ciudad abaluartada Benkos Biojó a desafiar el poder del Rey, quien le cobró cara su osadía decapitándolo y descuartizándolo para escarmentar a los rebeldes de los arcabucos, a los cimarrones de La Popa y a los palenqueros de los Montes de María La Alta y María La baja.
Mi conversación con el poeta, esa tarde fue larga y trascendental,y hoy puedo asegurar sin falsa modestia que de este imaginario compartir nació el poema que demuestra más que ningún otro escrito , la comprensión que el vate tenía sobre la conjunción del patrimonio natural, y cultural, que tanto nos enorgullece a los cartageneros.
Es “ombligo de Luna”, tal vez, la mejor expresión del pensamiento ecologizado del cartagenero, a quienes todos rendimos homenaje en esta versión XI del Parlamento Nacional de Escritores de Colombia:
Dibujo tu perfil del faro a las murallas.
Luz de alucinación son tus ojos de hierro,
El mar salta sobre las piedras y mi alama se equivoca.
El sol se hunde en el agua y el agua es puro fuego.
Eres casi de sueño. Eres casi de piedra en el vaivén del tiempo.
Es tarde amor.El mar trae tormenta.
Hay una luna pálida que recuerda tu ombligo.
Y unas nubes livianas y pesadas como tus manos.
Beben sedientas. Así cuando yo sobre tu boca muero.
De esta manera, Raúl, quien tantas veces añoró y desafió a la muerte en sus poemas, un mayo de 1997 desapareció del mundo terrenal para pasar a la eternidad con sus versos, que hoy nos convocan invitándonos a soñar a la orilla del Rio Sinú o en la playas del Mar Caribe en Cartagena de Indias ,versos que enseñan que la vida es fugaz y que nacimos para vivirla en plena conjunción
Con la otra naturaleza diferente a la humana .
Más como todos sabemos , la poesía de Gómez Jattin va más allá de todo esto por su fuerza visceral, por la reafirmación permanente del ser personal de quien la vive y la produce .
Fue este el elemento que llevó a Raúl al triunfo del reconocimiento de su trabajo poético, por ello, acorde con las palabras de Iván Guzmán López( El Mundo. com. Mayo 2013):
Ahora su retrato cuelga en las paredes del bello patio de la Casa de Poesía Silva de Bogotá y la Casa de la Cultura de Cereté, casi su pueblo , se llama Raúl Gómez Jattin, hoy abro paréntesis decenas de hombres y mujeres provenientes de diversas regiones de Colombia y de Argentina, Brasil, Camerún, Chile, Cuba, España, Ecuador, México, Perú, Rusia, Suecia y Estados Unidos de América rendimos homenaje a su nombre-cierro paréntesis. Para algo ha de servir la muerte al poeta llámese como se llame el Vate”.
Muchas gracias y que Dios continúe bendiciéndonos a todos.


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