El Viejo Lucky


 

Según “La de Dios”, página web especializada en música reggae, “Lucky Phillip Dube nació el 3 de agosto de 1964 en un una granja cercana a un pequeño pueblo llamado Ermelo, a 150 kilómetros de Johannesburgo, Sudáfrica. Resultó ser el único hijo de una mujer soltera, Sarah, quién estaba convencida de no poder tener niños luego de muchos intentos fallidos.

En razón de ese afortunado milagro su madre decide llamarlo Lucky (“con suerte”) y Dube es un pequeño poblado de la provincia El Cabo Oriental cercano a la ciudad puerto llamada East London, de donde provenían sus antepasados.

Octubre de 2007. Cinco maleantes balearon a Lucky Dube mientras dejaba a su hijo donde unos familiares, para robarle su camioneta. Recuerdo muy bien cuando lo trajeron a Cartagena e hipnotizó al público durante hora y media en la Plaza de Toros.

Era una noche de 1996 y la gente fue a ver a Diomedes Díaz. Era todo un privilegio, pues, el cantautor vallenato hacía tiempos no venía. Pero, cuando la banda del viejo Lucky comenzó a  tocar, la gente cayó en trance. “Oye ¿esa no es la canción del wa – yo, wa –yo?” preguntó, en aquel entonces, mi pequeño hermano. La bulla y el regocijo no se hicieron esperar. La conexión fue inmediata. El “wa – yo, wa – yo” una referencia muy picotera, realmente es el éxito mundial “I’ve got you babe”. 

Me acuerdo que, hacia principios de los noventa, me invitó el investigador Edgar Gutiérrez Sierra a registrar en video y foto su trabajo etnográfico en la isla de Tierra Bomba. Y la música de fondo que siempre encontrábamos los fines de semana, era la de Lucky. Desde entonces me aproximé a su música y a sus letras. Desde entonces me pregunté si en Bocachica y, en todos los picós donde programaban la música del cantante africano, entendían lo que el hombre quería decir.

Siempre lo dudé y siempre lo lamenté, porque se trata de todo un auténtico poeta de la libertad, la igualdad, la compasión y la emancipación contra el abuso y la injusticia.

Canciones como: “Prisioner”, “Slave”, “Back to my roots”, “It`s not easy”, “House of exile”, “The way it is”, “Together as one” observan letras llenas de dignidad humana que se postulan como referentes muy vigorosos ante un mundo que extravió sus valores. Un mundo donde al malo le va bien y al bueno, no necesariamente. Un mundo donde todo está al revés y la fe y la esperanza resultan escasas frente a la impunidad y la mediocridad generalizada. Pocos inspiran. Un Pepe Mujica, seguramente.

Mientras tanto nos degradamos. Nos idiotizamos y  nos da miedo pensar. Tomar postura frente a lo inaceptable y a lo arbitrario y no queremos abandonar nuestra zona de comodidad. Que piensen otros por nosotros, que decidan otros.

Pienso que aquellos muchachos que programaron a Lucky Dube en sus picós, pienso que quienes asistimos aquella noche de sábado a su concierto, debimos hacer un esfuerzo por traducir sus letras, aprenderlas de memoria y sentirnos orgullosos, no tanto de ser negros, sino de ser hombres.

Ahí está el legado de Lucky que pueden consultar en sus videos musicales colgados en la web. Es decir, nos queda una buena oportunidad de investigar, de comprender, de pensar la voz de uno de nosotros en un mundo sediento de los referentes extraviados.

El reggae no era popular en Sudáfrica pero, el viejo Lucky lo reinventó. Sin duda, una gran influencia en su vida creativa fue Bob Marley y, en sus indagaciones, le llamó especial atención un importante antecedente a la música reggae, como es el ska y su íntima relación con el ritmyth and blues de los negros de los Estados Unidos.

Allí fue clave la trayectoria de otro gran músico como Byron Lee and the Dragonaires, muy famoso en la Cartagena de los años ochenta, por aquello del Festival Internacional de Música del Caribe, y su éxito en género socca, “Tiny Winey”: bastante que se bailó, por cierto.

A fines de los años cincuenta, el maestro Byron Lee incursionó en el mencionado ska, que daría paso al reggae en los años sesenta y, una de sus innovaciones, consistió en agregar a su orquesta un inusual órgano eléctrico y un bajo Fender, que había comprado en Miami.

El resultado fue tan importante que el grupo forma parte de la banda sonora de “Dr. No”, la primera película de  James Bond en 1961. Con el tiempo, la producción discográfica de Lee se orientó hacia la música socca, que es como conocimos a Lee hace veinte años en Cartagena. Y, hablando del viejo Byron, murió en 2008, casi un año después que el viejo Lucky.

Cuando uno escucha y ve los conciertos del viejo Lucky resulta lamentable darse cuenta cómo hemos perdido la vocación caribe en Cartagena. De Brasil, por ejemplo, no lo dejaban salir. A propósito, hablando del país carioca, hay que ver cómo han asimilado la música de las antillas –en especial el zouk, lo que sin duda también es, uno de los fundamentos de la champeta- y escuchar lo que producen: lo que muy adentro de los barrios de Cartagena se asumió como una Champeta más fina, más melódica.

Los brasileños tienen un importante contacto con Cabo Verde –un archipiélago al pie de las costas africanas, considerado el caribe de aquel continente- en virtud de su, también, condición de ex colonia portuguesa. De manera que entre Brasil, Cabo Verde y Portugal hay un circuito de música del cual nos hemos perdido todo este tiempo, porque ahora, resulta que la música del caribe –en Colombia- la viene haciendo Fonseca desde Bogotá. Hágame el favor. Créanme, nuestro espíritu caribe ni acaba, ni empieza con Juanes.

Ya el viejo Lucky era un sabio cuando el grupo mexicano Maná, lanzó el cover “De pies a cabeza”. La canción original es “Don’t cry”, búsquenla y súbanle todo el volumen, tal y como lo recomienda el viejo Lucky en su álbum Different Colours (One people).

 


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