Comfamiliar Cartagena, ¡plop!


Las Cajas de Compensación Familiar nacieron en Francia. Se expanden por Europa y llegan a América. En Colombia se dan por iniciativa voluntaria de empresarios antioqueños, dirigidos por la ANDI, allá por el año 1954. A los tres años, es decir en 1957, se convierten en obligatorias y fue necesario reglamentarlas.

En Cartagena por iniciativa de los patricios Rafael Vergara Tamara y Manuel Carrasquilla del Rio en 1958 la crearon como una empresa si ánimo de lucro. - Si ellos vivieran y vieran lo que ha pasado con esta noble idea, seguramente infartarían ante tanta dilapidación de recursos que contradice su objeto social y tritura los preceptos morales y éticos por la cual fue creada-

Es indudable que las Cajas de Compensación han cumplido una loable misión en la sociedad. Han resuelto y atendido servicios sociales donde el estado se quedó corto. ¡Precisamente el sustantivo compensación! Que su significado es, “acción o efecto de retribuir, compensar o reparar”. Es una manera sutil y comercial de cubrir necesidades de las familias de los trabajadores y trabajadoras en la empresa privada o pública.

Lo que parecía una tarea solidaria entre patronos y trabajadores, con el tiempo se convirtió en una gran empresa próspera y rentable llevando servicios sociales a la sociedad en general. Vendía tanos servicios que, parecía una extensión del estado, pero con ánimo de lucro.

Se derrumbó de la noche a la mañana, se atoraron con tantas ofertas que ofrecía. Y Comfamiliar Cartagena, ¡Plop!, en alusión a la tira cómica de Condorito. Y como para rematar, el gobierno les dio la administración de recursos para la operación de los programas de vivienda con subsidio y esas acciones terminaron de colapsar su objeto social.

Para sólo mencionar cuatro variables, recreación, salud, educación y vivienda contemplan unos presupuestos altísimos. Los malos manejos administrativos y financieros de tantos recursos desbordaron la ambición, como siempre, de sus directivos.

Tan sólo mirar y presenciar la Calle Real del Pie de La Popa. Cada dos casas hay una oficina de Comfamiliar. -Las empresas de garaje les quedan pequeñas- Administrar así, es no tener sentido de responsabilidad con las finanzas. El simple hecho de tener tantas sedes les acarrea muchos gastos y costos por el servicio que prestan. Y además se expandió en Bolívar. – La ambición siempre rompe el saco- Y delicada acción, administraban recursos públicos y de los trabajadores.

Los ciudadanos y ciudadanas esperamos que salgan a flote los responsables. Son contundentes las palabras de María del Pilar González, Superintendente de Subsidio Familiar Nacional cuando afirma: “Al Director y a su Consejo Directivo parecía que no les importaba para nada la Caja de Compensación”. Esto motivó que fueran removidos de sus cargos el Director y todo el Consejo Directivo. www.eluniversalcartagena.com , 6 de Octubre de 2014.


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