Vidas cortas, ligeras


Cartagena se ha convertido en una ciudad donde las madres entierran a sus hijos demasiado jóvenes. Se pueden imaginar el dolor tan inmenso que sienten.

Son vidas cortas, ligeras, demasiado prontas. Todos los días caen asesinados jóvenes que no llegan a los 20 años de edad. En cualquier barrio y en cualquier circunstancia. Esto es una bomba de tiempo. Hay que hacer seguimiento al delito y detener esta masacre diaria en las calles.

Ya no importa la hora ni el día. Sí es pandillero o no, todo el mundo lleva de lo mismo. Con arma blanca o con revólver y hasta con palo y piedras, pero lleva. Son acontecimientos que están pasando frente a nuestras propias narices. Las estadísticas de muertes hablan por sí solas. Son una, dos y hasta tres diarias. Y los fines de semana rompen todos los pronósticos.

¿Qué estamos construyendo? o mejor, ¿qué hemos construido? Las familias siguen desprotegidas y en un callejón sin salidas. Las aulas de las Instituciones Educativas y colegios siguen vacías con muchos cupos sin llenar. La educación que se está impartiendo no llena las expectativas de los estudiantes. ¿Será esto? ¿Qué es lo que pasa con nuestros niños, niñas y adolescentes? ¿Por qué tanta intolerancia? -Aquí no son el futuro, sino su propia destrucción-

La mayoría son niños, niñas y adolescentes de los barrios extramuros, barrios pobres. Están echando por la borda todas sus ilusiones, sus esperanzas, viven sin sentido aparente, ¿cuál es el sentido de sus vidas? Debemos llenar las instituciones educativas de sicólogos y hasta siquiatras, hay que ir más allá del asunto y tratar de descubrir porqué actúan así. – El origen de todo-

Haciendo un paréntesis, en los Estados Unidos se pusieron a la tarea de encontrar por qué sus infantes presentaban actuaciones tan extraños como sacar un arma y disparar a profesores y a los mismos compañeros. Una de las conclusiones, y la más cercana a la realidad, es que los niños y niñas pasan demasiado solos todo el día sin sus padres, sólo con el afecto de quien los cuida.

Por eso es necesario seguir averiguando e indagando, sobre el comportamiento de los jóvenes en Cartagena. Muchos afirman que la pobreza, otros que el desintegro de la unidad familiar, algunos por las malas compañías, la tecnología, la televisión, los gobernantes, los políticos, la misma escuela o universidad, etc., es posible que sean, pero nada de eso es comparado con la experiencia o prueba de matar para ser considerado compañero o amigo de la gallada, clan, pandilla o como se llame. -Rousseau se quedó corto con su contrato social-

El asunto no es de poca monta. Ya hay ejercicios académicos en otras ciudades. En la comuna 13 de Medellín para ser más exacto. Allá pensaron que la educación era el camino, y es el camino para resolver situaciones de violencia. La Unicef, apoyó un proyecto denominado, “La escuela busca al niño, a la niña y al adolescente” La universidad de Cartagena fue testigo de esa experiencia e incluso la replicó en la ciudad. La conclusión más contundente y dura de toda esta investigación, es que los niños, niñas y adolescentes no encuentran atractivos en las instituciones educativas. Les llama más la atención la lúdica y las artes que las materias básicas.- Este es un indicador para tener en cuenta al momento de la planificación educativa-

Y por último, para que vean lo doloroso e impactante del significado de las vidas cortas, ligeras. Ocurrió en el barrio El Pozón, hace algún tiempo, una madre inválida manda a su niño de 12 años, único hijo, a comprar la leche para el desayuno, de regreso encuentra una pela entre pandillas y lo asesinan. ¡Que dolor para esa madre ¡Le mataron a su apoyo, su deseo de vivir. El niño era un excelente estudiante.- Estas historias se repiten a diario-

P.D. Paz en la tumba de ese gran hombre como lo fue Milciades Garcés Argel, el decano de los veedores en Cartagena. Mis condolencias a sus familiares y amigos más cercanos.


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