Aún es prematuro hablar del fin de proceso de paz

Varios hechos han marcado durante la última semana las negociaciones entre el Gobierno y las Farc. Secuestros y fuertes pronunciamientos de las partes comienzan a generar dudas sobre el futuro del proceso de paz. Analistas consideran que aún es prematuro hablar sobre un eventual rompimiento, pero lo cierto es que se está perdiendo la confianza.
Por un lado, el Gobierno reiteró que se debe demostrar voluntad para determinar si vale la pena continuar o no con los diálogos. Por el otro, el grupo guerrillero expresó que su intención no es hacerle perder el tiempo a nadie.
Las declaraciones del Gobierno, este miércoles y jueves, han sido los más fuertes que se han hecho desde que se instaló la mesa. El Ejecutivo ha sido claro al expresar que no se va a establecer un cese bilateral hasta que no se firmen acuerdos y, además, que no se va a acceder a la propuesta de regularizar el conflicto, pues esto alargaría las conversaciones.
"Vamos a La Habana para terminar el conflicto, que es lo que pactamos. Y si no es así, que nos lo digan de una vez, para no hacerles perder el tiempo al Gobierno y a los colombianos", aseguró el jefe Negociador del Gobierno, Humberto De La Calle.
Y es que el secuestro de los policías Víctor Alfonso González y Cristian Camilo Ayate fue el detonante para la tensión que ahora se vive, justo en el inicio de la cuarta fase de negociaciones, en la cual se discute sobre un desarrollo agrario integral. El rechazo del Gobierno ha sido contundente, mientras que las Farc insisten en calificarlos como “prisioneros de guerra”.
Sin embargo, y a pesar de las posiciones encontradas, muy distantes de las “aproximaciones” que dijeron haber encontrado en el último ciclo en el tema agrario, tanto el Gobierno como las Farc han dicho que por ahora seguirán en la mesa como lo habían pactado.
“Siempre lo hemos dicho: las Farc no se levantarán de la mesa de negociaciones hasta materializar el sueño de la paz. Colombia entera está esperando que hablemos de la situación que ha generado el conflicto”, afirmó el jefe de la delegación de las Farc, Iván Márquez.
Para el analista Alfredo Rangel, debido a los secuestros y las acusaciones entre las partes, “el Gobierno debería suspender los diálogos de paz hasta tanto no sean liberados estos miembros de la Fuerza, porque sino se estaría avalando la estrategia de las Farc que es seguir secuestrando para en un futuro próximo presionar un intercambio humanitario”.
Además, expresó que si el Gobierno tolera esa escalada de terrorismo y de violencia se estaría poniendo en riesgo la credibilidad de las negociaciones en La Habana. Según su criterio, el cese bilateral no es una opción en este momento, pero aún no se puede hablar de un rompimiento de las conversaciones.
Por su parte, el analista político y de conflicto, Jorge Ramos, fue más optimista al sostener que las diferencias que se presentan en la mesa eran predecibles y que si en realidad hay voluntad de paz se van a superar, "esperemos que eso pase en este nuevo ciclo que empezó hoy".
"Era claro que si se decidió negociar aún sabiendo que podrían haber ataques de parte y parte, pase lo que está pasando. La diferencia es que la sociedad colombiana ya no aguanta más acciones como secuestros y en un contexto de diálogos de paz eso resulta inaceptable", indicó.
Finalmente, el director de la Fundación Nuevo Arcoiris, León Valencia, señaló que la regla que puso el Gobierno, desde un principio, fue dialogar en medio del conflicto, lo que está generando desconfianza entre la sociedad colombiana y restando credibilidad frente al futuro del proceso.
“Este tema del secuestro es tan sensible para el país y uno de los fenómenos más repudiados por la gente, ese tipo de hechos crean malestar y que la opinión tenga desconfianza. Además es aprovechado por los enemigos de la negociación, pero se debe tener confianza en que continuarán las conversaciones”, sostuvo Valencia.
DESDE EL CONGRESO
El presidente del Congreso, Roy Barreras, insistió en que la delegación del Gobierno debe centrarse en la orden presidencial de "seguir trabajando en acuerdo para terminar conflicto”.
“A todos los colombianos nos debe doler la guerra, a todos nos debe indignar el secuestro. Pero a nadie debe sorprender que sigan ocurriendo lamentables actos producto del conflicto armado. Se acordó no suspender acciones militares. Por eso mismo lo que hay que hacer es acabar con el conflicto. Perseverar en la paz. Firmar el acuerdo y adoptar un nuevo mantra para todos los negociadores: ¡no levantarse de la mesa!”, aseguró el parlamentario.
Por otro lado, el primer vicepresidente del Senado, Guillermo García Realpe, dijo que ante el asesinato de cuatro soldados en el municipio de Policarpa en el departamento de Nariño, “no es posible que este grupo guerrillero quiera la paz con sangre. Las Farc son totalmente incoherentes, se sientan en una mesa de diálogo mientras arremeten contra la población civil y miembros de la fuerza pública que solo buscan proteger a los colombianos”.
A su turno, Clara López, presidente del Polo aseguró que ante el fuerte cruce de pronunciamientos entre los negociadores del Gobierno y de la guerrilla de las Farc existe la necesidad de recurrir a la mediación, “antes de ahondar aún más las diferencias”.
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