Los empresarios chinos lucharon por años para que las ciudades revelaran sus presupuestos, pero su pedido parecía imposible en un país que se caracterizba por no suministrar información a sus ciudadanos. Hasta que China hizo lo que alguna vez habría parecido imposible: creó una política de gobierno abierto y el año pasado Wu Junliang presentó su caso con el gobierno de la ciudad de Guangzhou. En esta ocasión y para su sorpresa, le ganó al gobierno. La mayor ciudad en el sur de China publicó en internet los planes de presupuesto de sus 114 departamentos municipales y sus dependencias. Los ciudadanos atónitos corrieron al sitio de internet para bajar los documentos, llevando a que este se colapsara al segundo día. Fue un momento revelador e ilustra el potencial de la nueva ley sobre Información del Gobierno Abierto que permite a los ciudadanos chinos luchar contra una cultura oficial de informar poco y nada. “Todos estamos emocionados, es la primera vez en 60 años en este país que el gobierno de una ciudad ha revelado su presupuesto y lo más importante es que lo publicaron en internet para que todos puedan tener acceso a él”, dijo Wu, de 51 años. Aunque dice que nunca pensó en ser un pionero en la lucha por la apertura, su victoria ha sido por mucho la mayor desde que entró en efecto la regulación a nivel nacional el 1 de mayo de 2008, permitiendo a los ciudadanos requerir información y obtener una respuesta del gobierno en un plazo de no más de 30 días. Es un paso importante hacia la transparencia para un país que lucha por combatir la corrupción y cumplir con las necesidades de una clase media cada vez más grande y una economía que se convertirá pronto en la segunda mayor del mundo después de Estados Unidos. “Claramente en todo el país los chinos se han vuelto cada vez más conscientes de que tienen derechos y se animan a usarlos”, dijo Katherine Wilhelm, integrante del Centro de Derecho Chino de la Universidad de Yale. Los años recientes han visto una mayor apertura. Por ejemplo, se han realizado audiencias públicas sobre las tarifas de servicios públicos, pero la nueva política de transparencia podría ser la más importante sobre el rendimiento de cuentas del gobierno. “Este es el comienzo, pero también es el momento de cambio”, dijo el profesor de derecho Wang Xixin de la Universidad de Pekín. “La cultura política y legal de China enfatizó tradicionalmente mantener los secretos dentro del gobierno. La idea de un gobierno abierto o transparente es bastante nueva. Uno de los impactos más importantes de la nueva regulación es que ayuda a cambiar este tipo de ideología burocrática”. Aunque el cambio es efectivo para todos los niveles de gobierno, sus limitaciones también son claras. Los secretos de estado quedan exentos de esta apertura, pero estos pertenecen a una categoría tan difusa que cualquier cosa, incluidos mapas, coordenadas GPS y estadísticas gubernamentales pueden ser retenidas. En teoría, la regla puede ser empleada para tratar de inquirir sobre cualquier tipo de información en cualquier dependencia gubernamental, pero los chinos saben que es bueno alejarse de temas que podrían amenazar el monopolio de poder del Partido Comunista, como el acoso a los disidentes políticos o la violencia contra el gobierno en el Tibet. Además, las autoridades pueden poner fácilmente la información lejos del alcance de los ciudadanos al declararla secreto de estado. La implementación de la ley ha sido lenta y desigual, una encuesta en 30 provincias encontró que más de 60% había quedado fuera del criterio por el grado de sensibilidad. Incluso la rara victoria de Wu podría ser menor pues algunos se preguntan si las cifras del presupuesto de Guangzhou están completas. A pesar de esto los expertos sostienen que la nueva medida podría tener muchos alcances pues ayuda a establecer un precedente para reformas legales mayores. La simple idea de que los ciudadanos tienen la posibilidad de obtener información de su gobierno era emocionante para muchos. Las solicitudes van de lo más superfluo a lo más delicado para el gobierno y llegaron por montones a medida que los chinos exploraban ese terreno. El propietario de un perro en Beijing quería saber a qué se destinaban los fondos obtenidos por el pago de licencias de propiedad de mascotas. Un abogado de Shanghai buscaba información específica sobre el plan de estímulo de 4 billones de yuanes (588.000 millones de dólares) que el gobierno creó por la crisis económica. El artista Ai Weiwei preguntó porqué habían muerto tantos niños estudiantes en el terremoto de Sichuan en el 2008 (5.300 de 90.000 según cifras oficiales, pero se cree que la cifra es mucho mayor). Tan sólo la ciudad de Beijing tuvo 25.000 preguntas y procesó unas 5.000 solicitudes formales en los primeros meses. Muchas de ellas tienen que ver con intereses individuales, como disputas sobre propiedades, demoliciones de viviendas urbanas y reestructuración de compañías. Entre las primeras se encontraba una pregunta sobre cuánto se había recolectado en las casetas de la autopista del Aeropuerto de la Capital de Beijing y a dónde se destinaba este dinero. La pregunta fue presentada por el profesor de derecho Wang, que forma parte de un grupo de especialistas legales que utilizan la nueva ley para llevar a una apertura en el gobierno. Sólo obtuvo una respuesta parcial, pero su esfuerzo tuvo un gran seguimiento en los medios de comunicación. “Lo consideramos una prueba”, dijo. “Si preguntábamos, ¨respondería el gobierno? Lo importante era hacer saber a la población que ellos también pueden hacerlo”, agregó. ___ Los investigadores de The Associated Press Zhao Liang en Beijing y Ji Chen en Shanghai contribuyeron con este despacho.
Cartagena
Ciudadanos chinos ejercen derecho a la información
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