Dania Londoño sí sabría que eran agentes de Obama, dice abogado

Luego de que Dania Londoño Suárez, protagonista del escándalo sexual en Cartagena durante la realización de la VI Cumbre de Las Américas, asegurara que no sabía que el hombre con que se acostó en la noche del 12 de abril era agente de los Estados Unidos, se conoció un documento que se ponen en duda sus declaraciones.
Al parecer, Dania sí sabía que el hombre con el cual pasó la noche en el Hotel Caribe hacía parte de la seguridad de Barack Obama.
La sanandresana, que ha vivido en Cartagena durante 10 años, tendría como misión cumplir una orden de un árabe para conspirar contra el gobierno de los Estados Unidos.
HUYEN DE DANIA
Dos prostitutas, que trabajaban en Cartagena, huyeron de la ciudad y se refugiaron en la capital del país por supuestas amenazas de Dania Londoño Suárez.
Las dos jóvenes aseguran que Dania las persuadió para que obtuvieran información sobre los encargados de la seguridad del presidente norteamericano.
Un abogado penalista entregó detalles de lo que le contaron las prostitutas que pidieron su ayuda en el caso:
“Fui contactado por dos mujeres de nacionalidad colombiana que se dedican a la actividad de explotación sexual, quienes me aseveraron que la señora Dania Londoño Suárez las persuadió para que, junto a ella, lograran llevar a las habitaciones del Hotel Caribe de Cartagena a unos americanos que eran escoltas del Presidente Obama.
"El objetivo era colocarles en el licor que consumían una sustancia que ella proporcionaría, para doblegar la voluntad de los agentes, entrar a sus habitaciones y obtener información de ellos.
"Ella les ofreció 100 millones de pesos a cada una si lograban el objetivo”, escribió el abogado penalista Pedro Aponte Diazgranados, en un oficio enviado el pasado viernes 4 de mayo de 2012 a la Embajada de Los Estados Unidos en Colombia.
El abogado también explicó en la carta que el dinero lo pagaría un multimillonario árabe para conspirar contra los Estados Unidos de América, en el sentido de desprestigiar y demostrar la vulnerabilidad del servicio secreto de esta nación.
“Ellas se negaron rotundamente, porque les dio miedo debido a las implicaciones que esto podría traer. Ante esta negativa comenzaron a recibir amenazas de muerte contra sus vidas si llegaban a denunciar a Dania en la Fiscalía, lo que condujo a que estas trabajadoras sexuales se refugiaran en Bogotá, donde actualmente se encuentran. Estas ciudadanas están dispuestas a declarar ante cualquier autoridad para demostrar que todo fue una conspiración contra el gobierno norteamericano”, dijo el jurista.
Aponte Diazgranados señala que una de las prostitutas se llama Indrig Catherine Rincón Martínez, quien trabajaba en el bar Allondra, ubicado en el sector El Amparo de la Avenida Pedro de Heredia y en otros establecimientos del barrio Bocagrande.
La otra mujer, fue identificada como Jhosel Fernández Londoño, quien según le comentaron al abogado, laboraba en el bar Allondra y en el establecimiento Paraíso del Marino Club, ubicado en el barrio Nuevo Campestre de la ciudad.
EL PRIMER ENLACE
Q’hubo habló con uno de los hombres que, al parecer, recomendó a las prostitutas usar los servicios profesionales del abogado Pedro Aponte Diazgranados.
El hombre pidió la reserva de su nombre por seguridad y explicó lo siguiente:
“Yo llegué con un amigo al bar Allondra para los días en que se estaba haciendo la Cumbre de Las Américas, Ingrid y Jhosel se nos acercaron porque ya las conocíamos desde hace rato. Nos dijeron que estaban metidas en un problema bien grave y que querían que nosotros les recomendáramos a un abogado. Les preguntamos qué había pasado y nos dijeron que una muchacha las había amenazado porque se habían negado a ir con unos agentes del Presidente Obama para sacarles información en el Hotel Caribe.
"Ellas nos dijeron que estaban muy asustadas porque la muchacha que armó el escándalo sexual las había amenazado de muerte. Les aconsejamos que hablaran con el doctor Pedro Aponte Diazgranados, porque era un abogado que conocemos y que tiene mucha experiencia. Desde allí fue que ellas hablaron con él, y apenas hace algunos días fue que nos enteramos que se habían ido de la ciudad”, dijo el hombre.
Q’hubo intentó comunicarse con Ingrid y Jhosel, las dos prostitutas que habrían huido de Cartagena tras, presuntamente, ser amenazadas por no colaborar a Dania Londoño en un supuesto plan para obtener información sobre los agentes secretos, pero al pedir sus números telefónicos al abogado Pedro Aponte, este respondió que las mujeres no quieren hablar del tema hasta que avance la investigación.
SOLICITA INVESTIGACIÓN
En la carta enviada a la embajada norteamericana, el abogado Pedro Aponte Diazgranados solicita una intervención inmediata dentro de la investigación que cursa en el Departamento de Estado en contra de los agentes del servicio secreto de los Estados Unidos.
“Señor embajador, espero, dada su proverbial dignidad humana y profesional, acceda a llevar hasta las últimas consecuencias la investigación”, exige el abogado. De igual forma, pidió que se analice la entrevista que Dania concedió al periodista Julio Sánchez Cristo de La W, en la que de ridiculiza a los agentes secretos diciéndoles “bobos”, dejando entrever, según el abogado Aponte, “que sí es vulnerable la seguridad americana, objetivo que logró demostrar esta mujer”.
LO QUE DIJO DANIA
Formado el escándalo, Dania Londoño decidió hacer un viaje a Dubai, en Emiratos Árabes, uno de los destinos turísticos más cotizados del mundo, en donde disfrutó de la compañía de un amigo árabe.
Luego, contó en exclusiva para La W que cuando conoció al agente en un bar de Cartagena le pidió un “regalito” de 800 dólares, pero que en el momento de cobrarle en el hotel sólo le dio 50 mil pesos.
También dijo que del bar, el agente salió ebrio, pero que sabía lo que estaba haciendo.
“Primera botella de vodka, segunda botella de vodka, tercera botella de Vodka. Yo salgo contigo, pero quiero que me des un regalito. Bailamos, tomamos, me dijo ‘vámonos para el hotel’ y le pedí 800 dólares”, dijo Suárez.
La mujer afirmó que los doce agentes que estaban en el bar bailando y tomando fueron unos “bobos”, porque si hubiera sido una delincuente o una terrorista les hubiera hecho lo que quisiera. 
Aseguró que en ese lugar en ningún momento los agentes “en mi presencia mostraron placas. Eran como cualquier otro gringo”. “Compraban alcohol como comprar agua”.
Contó que en la mañana, luego de que la llamaran de la recepción del hotel para solicitarle que se fuera, le cobró el dinero al agente, el cual se negó a pagarle. “Le digo que me dé el regalito que le pedí, pero me dice: ‘go bitch’ (…;) no te voy a pagar (…;)  Sacó la billetera y me dio 50 milpesos”.