El caos de los infractores

Los lectores se refieren al caos vehicular en Cartagena. Rasputín reclama mayor firmeza de sus autoridades y búsqueda de soluciones: “Por qué los políticos, la alcaldesa, los concejales, no ven lo que todo el mundo ve. Nunca se pronuncian. Son problemas de años. Tenemos que buscar soluciones donde la sociedad civil se involucre. Creando comités voluntarios que puedan apoyar. ¿Cómo sería tomando fotos con las chapas de los carros y sancionadas ante un juez y publicadas por este medio? Pero lo cierto es que no hay voluntad”. Porelcolombiano dice en su mensaje: “lo único cierto es que la autoridad de tránsito de la ciudad no se hace ver, más bien es un monumento a la pereza. Son unas corbatas porque no justifican el sueldo, es poco ético cobrar algo que no se merecen, quien viole las leyes siempre va existir y la autoridad esta para corregir las anomalías, la persona que dirige esta dependencia debe renunciar si tiene ética”. Aristóbulo: “Mientras se siga en el camino que vamos, esta ciudad cada día será más caótica, pobre e insegura. Tal vez si el tema del orden y la seguridad vial lo convierten en requisito para obtener la certificación como destino turístico de talla mundial, entonces tal vez alguien se interese por trabajar en ese sentido. Pero lo cierto es que aquí cada operador de la ley está buscando la forma de hacer el esguince y pedir plata”. El opinante: “El transporte urbano en manos de prácticos del volante, sin cultura y sin Dios. Horrible manejar un sedán en vías con rutas de buses. Giran inesperada, brusca, fuerte y violentamente sus maquinas de muerte hacia la izquierda o derecha sin consideración a los demás autos en la vía. Pareciera que lo fueran a comprimir los automóviles con todo y pasajeros. Al conductor de éstos le toca detenerse y orillarse o adelantarse para evitar lo dañen o lo maten”. Pesimista. “Cartagena es un caos. Pensemos un momento: ¿Qué va bien? Seguridad ciudadana: resultados nefastos. Movilidad: catastróficos. Malla vial: apabullantes. Vivienda: nada en absoluto. Recuperación de cartera: cero pollitos. Drenajes pluviales: cero absoluto. Acciones para contrarrestar el invierno: ninguna. Deterioro ambiental del Cerro de la Popa: ninguno...”.