El papa Benedicto XVI convocó el lunes y martes a los obispos de Irlanda, para volver a inspirar confianza a los fieles de este país donde los sacerdotes, amparados por la jerarquía, cometieron durante décadas abusos sexuales contra niños. "Desgraciadamente, en varias ocasiones", ciertos miembros de la Iglesia católica "violaron los derechos de los niños", se lamentó el Papa una semana antes del encuentro. "Un comportamiento que la Iglesia lamenta y continuará lamentando y condenando", sostuvo. Según el cardenal Claudio Hummes, prefecto de la congregación para el clero, los sacerdotes culpables de pedofilia deben ser castigados, incluso por "la justicia ordinaria". Al recibir al primado de la Iglesia de Irlanda, Sean Brady, el 11 de diciembre pasado, Benedicto XVI ya había calificado de "crímenes abominables" la actuación de estos clérigos, que condujeron a cuatro obispos a presentar renuncia. Según un informe publicado a fines de noviembre, los responsables del arzobispado de Dublín, el más importante de Irlanda, cubrieron los abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la región contra cientos de niños durante varias décadas. Esta carta pastoral estaría destinada a "alentar a los fieles recordándoles el papel crucial de su Iglesia en la difusión de la cristiandad en sus comienzos", dijo Paddy Agnew, un periodista del Irish Times, en la versión en línea del diario. En cambio, según él, la carta pastoral "no se ocupará mucho de los problemas administrativos y organizativos de la Iglesia irlandesa". De acuerdo con Gian Guido Vecchi, del Corriere della Sera, ese texto estará destinado a "dar confianza nuevamente" a los irlandeses y proponer soluciones "concretas y eficaces" para evitar que semejantes crímenes se repitan. Para preparar el encuentro con el sumo pontífice, los obispos irlandeses se reunieron con las asociaciones de víctimas de abusos sexuales. "Un encuentro útil y constructivo", declaró monseñor John McAreavey, obispo de Dromore, precisando que los obispos señalarán al Papa "tanto verbalmente como en observaciones escritas, las preocupaciones y los sufrimientos expresados por las víctimas". Según John Allen, experto en el Vaticano del National Catholic Reporter, el Papa "repetirá lo que dijo a los australianos y los norteamericanos". Durante sus viajes a esos países, también afectados por escándalos de pedofilia en la Iglesia católica, Benedicto XVI denunció enérgicamente esos actos y habló con víctimas y sus familiares. John Allen, interrogado por la AFP, destaca que ocho años después de ese escándalo, "muchos norteamericanos consideran que su Iglesia adoptó nuevas reglas, estrictas, que hacen que un sacerdote culpable de abusos contra un menor sea excluido del clero". "Pero el problema de la responsabilidad de los obispos persiste", aclaró, sin excluir que algunos de ellos sigan cerrando los ojos ante los actos culpables de algunos de sus subordinados. Este encuentro tiene lugar luego de que otro escándalo de pedofilia estalló recientemente en Alemania, donde tres profesores de colegios jesuitas cometieron abusos sexuales en los años 1970 y 1980.
Cartagena
El Papa recibe a los obispos de Irlanda afectados por escándalo de pedofilia
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