En El Comercio, periódico histórico de Ecuador, temen censura del gobierno

Los periodistas del diario El Comercio, referente de la prensa ecuatoriana, silencian los teclados para escuchar con solemnidad la invitación de su directora, Guadalupe Mantilla, a una marcha por la libertad de expresión que algunos ven amenazada por el referendo de este sábado. 
En la redacción de este periódico fundado por su abuelo hace 105 años, Mantilla exhibe una camiseta blanca con las palabras “libertad” y “más respeto”, con la que sugiere vestir a sus empleados durante una movilización, aclarándoles que la asistencia es voluntaria. 
La directora afirma que este acto, que se llevó a cabo el 3 de mayo y confluyó con una concentración de comunicadores de varios medios y gremios con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, no es político y alienta a luchar para que Ecuador no sea un “país en la oscuridad”. 
Su llamado tiene una motivación: el referendo en que el presidente socialista Rafael Correa propone una ley para crear un organismo que regule los contenidos de la prensa y fije sanciones para los periodistas o medios, tras precisar “criterios de responsabilidad ulterior” por sus publicaciones.  
También pretende prohibir que los medios y la banca inviertan en otros sectores. 
El Comercio es blanco regular del gobernante, enfrentado con un sector de la prensa al que llama “poder fáctico opositor, mediocre y corrupto”. 
Mantilla, a tono con las agremiaciones periodísticas, teme que una ley de comunicación hecha por el oficialismo coarte la libertad de prensa.  
Basa sus temores en un proyecto de regulación que reposa en el Congreso dominado por el oficialismo, que los gremios consideran un “sistema de censura previa”. 
“La ley puede aparecer muy benigna, pero dejan la interpretación vacía (vaga) y es ahí donde vienen los ataques, lo interpretan a su manera”, declaró Mantilla a la AFP. 
El proyecto original -modificado luego- planteaba una participación importante del Ejecutivo en el consejo de regulación, multas onerosas y controles para la compra de materia prima, según Mantilla. 
“Hubiera sido catastrófico”, señala, desvirtuando la tesis de Correa de que los medios bloquearon la ley obligándolo a incluir el tema en el plebiscito sobre reformas a la justicia.  Pero el canciller Ricardo Patiño garantiza que los medios no tienen nada que temer, pues “no hay autocensura sino una campaña para desestabilizar al gobierno”, que lo que hace es “defenderse”. 
“Es el pulso político con una prensa agresiva”, dijo Patiño a la AFP, señalando que algunos medios “han estado acostumbrados a gobernar” ya que representan a grupos de poder, y les enfada que Correa haya cerrado esa veta. 
“Eran verdaderos esclavizadores de los gobiernos”, añadió, y lamentó que aunque “no haya ningún periodista preso, la percepción es que la prensa aquí es perseguida”. 
Empero Carlos Rojas, editor político de El Comercio, sostiene que el gobierno con su “hostilidad” ha pretendido llevar a los medios a un “espacio que no les compete, el de actores políticos de oposición”. 
Su periodista Nancy Verdesoto admite que “hay un poco de temor general” en el gremio, especialmente después de que el presidente demandó por 10 millones de dólares a dos comunicadores, autores de un libro que reveló contratos de su hermano Fabricio Correa con el Estado por 170 millones de dólares. 
El mandatario, que anuló esos tratos y niega haberlos conocido, alega haber sufrido un “daño moral”. 
Aún sin ley de comunicación, medios como El Comercio dicen sentir el impacto de las tensiones incluso en sus utilidades. 
Esto, por medidas como el IVA al papel periódico impuesto en 2009, lo que elevó el precio del diario y redujo su circulación. 
Mientras, la publicidad oficial, que representaba 5% de los ingresos antes del gobierno de Correa, bajó a un 2%. 
Además, que “todos los sábados (durante el programa semanal de Correa) te digan corrupto, incapaz, ineficiente, vendido, tiene un impacto en el prestigio de los medios”, afirma el presidente del periódico, Andrés Hidalgo.