Cartagena


En pie de lucha contra los ruidosos

ANDRÉS PINZÓN SINUCO

14 de enero de 2010 12:01 AM

Todos estamos produciendo ruido en Cartagena. Esa es una de las conclusiones a las que ha llegado la directora del Establecimeinto Público Ambiental (EPA) en Cartagena, Ruth Lenes, luego de identificar los factores de ruido que colman la paciencia de los ciudadanos. El fenómeno, ampliamente atacado por El Universal, generó más de 600 quejas de ciudadanos en el 2009, lasque prenden las alarmas y muestran dos aristas: los emisores de ruido han aumentado en los últimos años, al mismo tiempo que se ha desarrollado menos permisividad y conciencia ante los efectos negativos de esta epidemia sonora pues en 2007 se reportaban sólo180 protestas. Como estrategia para contrarrestar esta situación de una vez por todas, la única respuesta es el fortalecimiento de la cultura ciudadana. Así lo ratificaron el comandante de la policía Metropolitana, coronel Carlos Mena; la directora del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (Datt), Eliana Serge; la comandante de la Policía Ambiental, Yadeila Caballero; y la propia Lenes, ayer en una reunión en las oficinas de este Diario. Lo más preocupante es que ante las diversas estrategias para combatirlo, está siempre presente la astucia de los ciudadanos para evadir las sanciones y perpetuar la estridencia. “Usualmente cuando los denunciantes nos llaman al 112 o al 123, incautamos los parlantes de quien produce el ruido, pero siempre buscan hacerle un quite a las autoridades. Por ejemplo hay quienes están metiendo los picós a los patios de sus casas o atornillan los bafles a las ventanas para que la Policía no pueda entrar, alegando invasión a sus viviendas”, indica el Comandante de la Policía. Por su parte, la directora del EPA asegura que “en todos los estratos sociales aún hay mucha resistencia a controlar los decibeles y la justificación más frecuente es que eso hace parte de la cultura caribeña”. En zonas residenciales y comerciales esta contaminación auditiva no debe sobrepasar los 70 decibeles en el día y los 60 en la noche. Así como en los sectores hospitalarios. el máximo permitido es de 50. “El ciudadano del común no se detiene a pensar que le está causando estrés, ansiedad y la sensación de impotencia a las personas que son perturbadas diariamente por esta problemática, e incluso el ruido hace que se tornen agresivas”, explica Lenes. NORMATIVIDAD Frente a esta situación, el pasado mes de octubre fue presentado en sesiones ordinarias del Concejo de Cartagena, un proyecto de acuerdo para que la ciudad sea la primera del país en tener una normatividad contra el ruido. “Para este año tenemos $300 millones para reforzar la educación ambiental frente al ruido, y simultáneamente lo atacaremos con campañas ambientales acompañadas de mecanismos de control y autoridad junto con la Policía y el Datt. Tenemos claro que la persistencia es lo que va a permitir que se dé un cambio real, por lo que involucraremos a todos los actores: universidades, colegios y empresas transportadoras”, declara la funcionaria. RUIDO MÓVIL Asimismo, es sabido que gran parte de la contaminación auditiva es ocasionada por buses y automóviles, en especial por el uso intenso de los pitos, de elementos para producir ruido en los frenos de los buses y el estacionamiento de vehículos con equipos de sonido en zonas residenciales. Las autoridades manifiestan tener complicaciones para aplacar, sobre todo, la contaminación de éstos últimos. “El problema para sancionar a individuos en sitios como Bocagrande y Manga es que no están contraviniendo ninguna norma mientras el vehículo no esté en movimiento. Todo el 2009 lo pasamos educando y controlando, generando comparendos, no solamente por ruido sino por emisión de contaminantes”, profiere la directora del Datt. En tan sólo la temporada pasada de fin de año, la Policía Ambiental incautó más de 80 parlantes. La Comandante de la Policía Ambiental, Yadeila Caballero, admite que “diariamente decomisamos varios parlantes pero a veces los conductores, tratando de burlarnos, se los dan al pasajero para que diga que es de él, aunque los incautamos de todas formas”. Caballero manifiesta que en estos operativos algunas personas habituadas al ruido se molestan con los uniformados y defienden al conductor que contamina. Se entiende formalmente como ruido en buses y busetas del transporte público, cuando los equipos de sonidos y algarabía incomodan a los pasajeros. ESTRATEGIAS COLATERALES Otra de las estrategias que aplica el DATT es la capacitación constante a los conductores y controladores de buses en la ciudad, mediante cursos que duran dos meses, concertados con los gerentes de las empresas transportadoras. “Siempre hay un grupo de conductores capacitándose, allí se comprometen a ser mejores conductores, y obtienen una certificación de competencias”, sostiene Serge. El Distrito cuenta con 7 sonómetros (instrumentos de medida del ruido) para identificar a los infractores. “Cada alcalde local tiene uno, lo verdaderamente importante es que modifiquemos nuestros comportamientos y nos olvidemos de la idea de que es un aspecto de nuestra cultura popular”, afirma la directora del EPA. En definitiva, la responsabilidad de declararle la guerra al ruido es de todos, tanto de las autoridades como de cada uno de los ciudadanos que deben no sólo abstenerse de contaminar auditivamente sino, sino que deben denunciar abiertamente a quienes infringen las normas. ESTO LE INTERESA “La persona que esté harta del ruido cuando vaya en un bus puede llamar desde un celular al 127 para que la autoridad de Tránsito más cercana intercepte al bus y lo sancione”, sentencia Eliana Serge. Basta con indicar telefónicamente el número de la placa del vehículo, ruta y lugar por el que se va pasando para denunciar a los ruidosos. “Así vamos a ayudar a educar a los conductores. No importa el horario en el que la persona llame, siempre vamos a atender estas quejas, queremos que todos entiendan que no necesariamente tienen que someterse al ruido y que pueden manifestar su inconformidad”, continúa Serge. Los buses normalmente también llevan el número de las placas dentro del vehículo, y a veces en las ventanas y sillas. LOS PITOS De acuerdo con la funcionaria del Datt, y según el Código Nacional de Tránsito Terrestre, “la ley establece que el pito es para usarlo en emergencias y no todo el tiempo, pero aquí lo utilizamos como una forma de expresión ante una sensación de impotencia y de querer agredir a las personas”. “En otros casos -dice la directora del EPA- algunos conductores creen que cuanto más duro sea el sonido y más piten, más machos son”.

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