Estados Unidos: recorte sin precedentes en presupuesto

El Congreso envió el jueves al presidente Barack Obama una legislación derivada de un acuerdo de último momento, la cual recorta una cifra sin precedentes de 38.000 millones de dólares en el presupuesto federal. 
La aprobación marcó el primer apoyo bipartidista y las primeras concesiones mutuas sobre una iniciativa controversial, en el nuevo marco de una Casa Blanca confrontada con la cámara baja, que dominan los republicanos. 
“Bienvenidos al gobierno dividido”, dijo el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, el político más visible de los republicanos en las duras negociaciones con el presidente y con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid. Pese al acuerdo final, ninguno de los partidos dijo estar conforme con la ley en su totalidad. 
Boehner, líder de una combativa mayoría nueva en la cámara baja, dijo que los recortes en los programas internos no tienen precedente. Sin embargo, consideró también que la medida constituye un primer paso imperfecto en una larga campaña contra el déficit federal. Decenas de conservadores votaron en contra del acuerdo. 
“Todos sabemos que hay desafíos por delante, desde el crecimiento de nuestra economía hasta la reducción de nuestro déficit, pero debemos aprovechar este acuerdo bipartidista para enfrentar estos asuntos y cumplir las expectativas del pueblo estadounidense”, señaló el gobierno en un comunicado. 
Los votos de militantes de ambos partidos no reflejan la fiera batalla que antecedió a la aprobación y un acuerdo de último minuto que evitó apenas un cierre parcial del gobierno, hace una semana. 
La votación en la Cámara de Representantes fue de 260-167. Entre los simpatizantes hubo 60 de los 87 republicanos que cumplen su primer periodo, muchos de ellos elegidos con apoyo del grupo conservador “tea party”. 
El Senado añadió su aprobación un poco después, por 81-19, y la mayoría de quienes votaron en contra fueron conservadores que querían recortes mayores. 
Se avizora todavía más intensa, sobre los recortes futuros de billones de dólares, que serían necesarios para mitigar la creciente deuda federal. 
El plan reduce el gasto hasta el 30 de septiembre, un acuerdo que abarcó concesiones mutuas y que se alcanzó en el último momento antes de que venciera un plazo fijado para el primer minuto del sábado anterior. De no haberse logrado aquel acuerdo, el gobierno habría tenido que cerrar numerosas operaciones por falta de asignaciones presupuestarias. 
Independientemente de la aprobación de la medida, Obama y sus correligionarios demócratas siguen enfrascados en una confrontación ideológica con los republicanos, particularmente con un grupo de 90 nuevos legisladores en la cámara baja, quienes están aliados con el “tea party”. 
La victoria obtenida en noviembre por esos legisladores dio a los republicanos el control de la Cámara de Representantes y estableció un gobierno dividido. Esta situación ha forzado a Obama a hacer concesiones en materia de gastos e impuestos, lo cual ha disgustado al ala más liberal del Partido Demócrata. 
Ante la inminente aprobación de recortes por 38.500 millones de dólares en los próximos cinco meses y medio, Obama dio el miércoles un mensaje en el que expuso sus puntos de vista en materia fiscal, a fin de comenzar a reducir la deuda de más de 14 billones de dólares en los años por venir. 
El discurso fue considerado el comienzo de la campaña de Obama para reelegirse en el 2012. Pero se prevé que esa campaña será dominada por el tema de la necesaria reducción de la deuda del país. 
La deuda, en relación con el tamaño de la economía estadounidense, ha alcanzado proporciones alarmantes. En particular, los republicanos están insistiendo sobre el asunto, al opinar que pone en peligro el bienestar nacional y la capacidad de Washington para influir en los asuntos mundiales. 
La deuda se disparó en la última década. En los años más recientes, Obama inyectó miles de millones de dólares a la economía para evitar un derrumbe financiero y superar la Gran Recesión. 
Pero el endeudamiento es también resultado de los generosos recortes de impuestos implementados por el ex presidente George W. Bush y por el gran gasto que requirieron las guerras en Irak y Afganistán.