Cartagena


Industria atunera, en vilo

MIGUEL MONTES CAMACHO

18 de julio de 2009 12:01 AM

“La industria atunera de Colombia está liquidada”. Esta fue la sentencia del gerente de Atunes de Colombia, Diego Canelos Velasco, luego de conocer la decisión del Gobierno Nacional de apoyar la veda temporal a la pesca de atún propuesta por 15 países miembros de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT). Dicha restricción impide a los países del área costera del Océano Pacífico oriental, pescar esta especie marina entre julio y septiembre, y noviembre y enero (durante 59, 62 y 73 días en 2009, 2010 y 2011, respectivamente). La veda reglamentaria significa parar el doble de días en realidad, porque luego de la parada, los barcos salen a pescar y se demoran otros 45 días para volver de su faena, por lo que la veda termina siendo casi el doble de la aparentemente impuesta. PÉRDIDA DE EMPLEOS Lo anterior trunca la intención de los industriales colombianos de implementar una veda escalonada, en la que las empresas decidan los períodos de cese de actividad pesquera para propiciar la reproducción de los peces. Canelos indica que el escalonamiento se haría mediante una programación bien definida que le permita a la industria procesadora en tierra tener un flujo continuo de materia prima, de manera que se evite la parálisis de sus operaciones, que pone en riesgo los empleos generados y el abastecimiento de los mercados. La veda temporal que aplicará la CIAT implica que a la planta de Atunes de Colombia, en Mamonal, no lleguen peces durante seis meses y esto a su vez obliga a la eliminación temporal de cerca de 2.000 puestos de trabajo en las áreas de producción y tratamiento del alimento durante ese tiempo. Entre las afectadas estarían 640 mujeres cabeza de hogar, que se ocupan de manipular el atún, quitarle las partes no comestibles y dejarlo en condiciones adecuadas para su procesamiento y enlatado. Cabe anotar que esta decisión del Gobierno se tomó sin tener en cuenta la opinión de la industria atunera colombiana, que ve amenazada seriamente la viabilidad económica del negocio. EL PROBLEMA: REGLAS INJUSTAS Colombia sólo puede pescar en el Pacífico oriental, entre los paralelos 40 sur y 40 norte, y el meridiano 150 oeste, mientras que las demás flotas pueden pescar en el Pacífico Occidental, pero también entra a pescar al Pacífico oriental. El atún es un pez pelágico, no territorial, por lo que nada por todos los mares del mundo. Aceptar una veda en el Pacífico oriental, sin que también la haya en los demás mares, incluido el Pacífico Occidental, equivale según Canelos a “engordarles el atún allí para que lo pesquen en otro lado”. En otros casos, las vedas aceptadas por otros países eximen a sus barcos de cierto tonelaje hacia abajo, por lo que son ineficaces y siguen las capturas como siempre; o las establecen anualmente durante los meses cuando el mar está tan caliente, que los atunes desaparecen de todas maneras, por lo que los barcos pararían como lo venían haciendo siempre, convirtiendo a la veda en una formalidad inocua. Colombia es una voz solitaria en la CIAT, y la quieren sacar del camino, según Diego Canelos. COLOMBIA SÍ CUMPLE Canelos aclara que la flota atunera colombiana, en cumplimiento de las disposiciones legales establecidas por la autoridad pesquera nacional, es la única de la región que cumple con las medidas de conservación, incluida la veda escalonada, que científicamente es tan válida como la paralización total, y mucho menos dañina para el empleo, la compañía y la economía del país. Lo anterior, incluye la prohibición para pescar con plantados (Fish Aggregating Device, FAD), es decir, con objetos electrónicos y físicos dejados en el mar que atraen a los peces durante varios días, luego de los cuales los barcos los encuentran mediante radioboyas, y les lanzan las redes. Este mecanismo, empleado especialmente por embarcaciones españolas y francesas, aumenta el peligro de extinción de muchas especies, entre ellas la del atún Patudo (Big Eye), teniendo en cuenta que los peces más jóvenes de esta especie son capturados y luego desechados muertos al mar, porque no tienen la medida mínima para que su procesamiento en las plantas atuneras sea rentable. Es frecuente que por cada tonelada útil, se boten 600 ó 700 kilos de peces juveniles. SOSTENIBILIDAD El Directivo de Atunes defiende la pesca asociada con delfines aplicada en Colombia, que consiste en lanzar las redes en sitios en que haya presencia copiosa de delfines, ya que éstos nadan en el océano junto a cardúmenes de atún Aleta Amarilla. “Este método contribuye a la sostenibilidad del ecosistema, porque garantiza la captura exclusiva de atunes adultos, dado que éstos son los únicos que pueden mantener la velocidad de los delfines; a diferencia de los juveniles, que forman cardúmenes aislados”, explica Canelos. Los Aleta Amarilla, que según Canelos “no están en riesgo de extinción”, son el objetivo principal de captura de la flota colombiana; mientras que los Patudos representan sólo el 2 por ciento de sus capturas. Por otra parte, la flota colombiana tiene siempre a un observador del CIAT a bordo de sus barcos, quien corrobora el cumplimiento de la liberación de delfines atrapados en las redes para que no haya mortandad de esta especie. Si la hubiere, la reporta a la CIAT, produciéndose sanciones drásticas para los capitanes y la compañía infractora. INTERESES OCULTOS Diego Canelos dice que tras la veda propuesta por la CIAT se esconden intereses de potencias como Estados Unidos y España para “sacar a Colombia del mercado porque han visto la eficiencia y calidad de la producción atunera en nuestro país y cómo hemos conquistado mercados que anteriormente eran dominados por ellos, como es el caso de Italia”. El empresario señala que la adhesión del Gobierno colombiano a la restricción de la CIAT, según le dijo un funcionario del Gobierno, responde a amenazas de Estados Unidos y la Unión Europea de no firmar Tratados de Libre Comercio con Colombia, en caso de rechazar su propuesta para regular la actividad pesquera según las condiciones impuestas. “Colombia es el único damnificado con esta medida porque países como Ecuador, Honduras, Belize, México, entre otros, tienen un número alto de embarcaciones que pese a portar sus banderas, realmente son de empresas europeas que vienen a explotar los recursos de esta parte del Pacífico”, dice Canelos. Colombia, por su parte, debe limitar su campo de acción al Pacífico oriental porque su flota tiene prohibida la pesca fuera de este perímetro, en el cual dominan los países asiáticos, europeos, e incluso algunos americanos que tienen acuerdos para realizar sus faenas en esas latitudes. Lo preocupante es que en otros sectores del Pacífico no existe veda alguna para la pesca de atunes, pese a que el volumen de captura es cinco veces mayor a la del Pacífico oriental. En conclusión, Colombia está en una encrucijada relacionada con intereses económicos y políticos de países involucrados en este mercado, que ven amenazada su posición predominante, y el Gobierno eligió sacrificar a la industria atunera colombiana al ceder a las amenazas comerciales estadounidenses y europeas. ¿QUÉ ES LA CIAT? La CIAT, establecida por una convención internacional en 1950, es responsable de la conservación y ordenación de las pesquerías de atunes y otras especies capturadas por buques atuneros en el Océano Pacífico oriental. Cada país miembro de la CIAT es representado por hasta cuatro comisionados, designados por el gobierno respectivo. Son miembros: Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos de América, Francia, Guatemala, Japón, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República de Corea, Vanuatu y Venezuela.

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