Económica


Juana Casares, un siglo de luz

ANDRÉS PINZÓN SINUCO

11 de enero de 2010 12:01 AM

Fue un jueves 13 de mayo de 1909 cuando Juana Casares de Pérez vio por primera vez la luz que la vida ponía delante de sus ojos. Hoy, detrás de una mirada cálida, desde la Urbanización La Carolina, en el suroriente de Cartagena, la mujer natural de Colosó (Sucre) relata con un hilo de voz suave, que no puede creer que tenga 70 nietos, 25 bisnietos y 15 tataranietos. “Dios es el único que decidirá cuánto tiempo más tendré de vida, tuve 15 hijos, crié 8 y a todos los he llevado por un buen camino”, explica la cen-tenaria, quien en apenas cuatro meses cumplirá 101 años. Contra cualquier pronóstico, esa longevidad no la ha hecho perder ni por un momento el mando de su casa. Su lúcido temperamento la erige como una de las matronas que aún sobreviven a la desaparición de aquel Bolívar Grande, o al menos así lo recuer-da, pues llegó desde muy pequeña al municipio de Turbana. Durante más de un siglo sus ojos también han visto los alumbramientos de más de cuatro generaciones, pero también ha sido testigo, entre muchos eventos desconsoladores, de la muerte de su hija mayor, quien falleció a la edad de 51 años. “QUE SEAN FIELES” “A mis hijos los he llevado por buen camino, a los hombres les he enseñado a permanecer con sus mujeres y a ser honestos, y a mis hijas, los valores de la casa y la crianza de sus propios hijos”, manifiesta Juana. Constantemente la mujer evoca los tiempos en que comía las gallinas criollas que su familia preparaba, ése habito, dice, es el secreto de que todavía se conserve tanto su lucidez como su sentido del humor. Para su edad, se trata de una mujer siempre sonriente que posee, casi sin saberlo, una invulnerabilidad un tanto particular, o al menos eso es lo que piensan sus hijos. Pedro Pablo Pérez, de 80 años, su hijo mayor, manifiesta que su madre no sólo mantiene la capacidad de reconocer de inmediato a todos los inte-grantes de su numerosa familia, sino que además los alienta y siempre tiene las palabras adecuadas para conversar y hacerse entender. “Ella, como es obvio, conserva varias tradiciones de los tiempos en los que fue educada, por eso nos dice que cuidemos mucho a las jovencitas de las casas, que las conservemos vírgenes y que de su casa salgan casadas”, admite Piedad Pérez, nieta, quien aprendió de su abuela la devoción religiosa. En definitiva, la señora Casares tiene y difunde un conocimiento antiguo y lejano, circunstancia adquirida por el hecho de ser una de las mujeres más viejas de Cartagena que se opone a perder el pulso con el tiempo, que inició hace 100 años y 8 meses.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS