La madre Cándida María de Jesús, fundadora de la Congregación Hijas de Jesús, quien será canonizada el domingo por el Papa Benedicto XVI, dedicó su vida a ayudar a los más pobres a través de la “educación y la instrucción de la niñez y la juventud”. La madre Cándida María de Jesús, fundadora de la Congregación Hijas de Jesús y canonizada este domingo por el Papa Benedicto XVI, dedicó su vida a ayudar a los más pobres a través de la “educación y la instrucción de la niñez y la juventud”. La Madre Cándida, nacida Juana Josefa Cipitria y Barriola, pero conocida como Juanitatxo, decidió desde muy joven dedicar su vida a Dios y a trabajar por los demás. “Donde no hay sitio para los pobres no hay sitio para mí”, aseguraba esta joven vasca de la localidad de Andoain (norte), donde todavía permanece el caserío Berrospe que la vio nacer el 31 de mayo de 1845 y que se sirve de base de la comunidad fundada por Juanitatxo. Esta hija de tejedores, con el fin de mejorar la economía familiar como la mayor de siete hermanas, decidió trasladarse a Burgos para emplearse como chica de servicio, trasladándose con la familia en la que servía a Valladolid (centro), donde conocerá al sacerdote jesuita Miguel José Herranz, quien la acabará poniendo en la vía de lo que será su vida futura. “Con él clarifica lo que internamente siente, sus inquietudes por que las mujeres puedan formarse”, declaró María Jesús Esnal, una de las Hijas de Jesús que vive en el caserío Berrospe al Diario de Noticias de Guipúzkoa. Analfabeta y hablando apenas el castellano, Cándida María de Jesús aprende a leer y escribir y unos rudimentos de latín gracias al padre Herranz. El 8 de diciembre de 1871 crea, junto a otras cinco mujeres, la Congregación de las Hijas de Jesús en Salamanca, la ciudad universitaria por excelencia de España, abandonando su nombre para adoptar el de Cándida María de Jesús. “Sola nada, pero con Dios todo lo puedo”, solía decir esta mujer, que no se arredró ante las dificultades que implicaban su tarea docente, especialmente al principio, en una época en que la enseñanza, especialmente a mujeres, no era frecuente. Su Congregación se fue extendiendo por el resto de España y el 3 de octubre de 1911 salieron hacia Brasil las primeras Hijas de Jesús cumpliendo el sueño de su fundadora: “Al fin del mundo iría yo en busca de almas”, e iniciando una expansión que les ha llevado a tener colegios y presencia en 17 países del mundo en Latinoamérica, Africa y Asia. La madre Cándida murió el 9 de agosto de 1912 en Salamanca y fue beatificada el 12 de mayo de 1996, antes de que ya en el Siglo XXI, la Iglesia le reconociera como milagro la curación en 2001 de Carmen del Val Rodríguez, una Hija de Jesús, que sufría una enfermedad cerebral, después que sus compañeras rezaran a su fundadora, que será de esta manera elevada a los altares.
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La madre Cándida, una santa con vocación de maestra
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