Los colombianos tuvieron de primera mano los detalles de la atención médica que recibió la lechuza el 27 de febrero en el partido Pereira-Juniors y 30 horas después se enteraron de inmediato de su fallecimiento.
Pero el golfista Felipe Estrada, quien alcanzó el título de campeón nacional infantil en los años 80, cayó en el olvido tras fallecer el 3 de marzo de un disparo en el pecho en un restaurante del noroeste de Bogotá. Estrada tenía 39 años, era administrador de empresas y su desaparición sólo afectó a su familia y los círculos del golf nacional.
La lechuza eclipsó en los noticieros de televisión los frecuentes escándalos de corrupción en los contratos de obras públicas en Bogotá. Incluso los acontecimientos internacionales de gran calado como las revoluciones espontáneas y fratricidas que están ocurriendo en Libia y Medio Oriente pasaron a un segundo plano.
CONTRASTES
Para los expertos, el contraste ilustra las profundas paradojas y complejidades de la sociedad colombiana, que arrastra casi 50 años de conflicto armado interno y durante los cuales ha sido testigo de asesinatos, torturas, violaciones y desapariciones cometidas por narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros.
Coincidieron en varios aspectos, pero señalaron tres factores importantes que explican el porqué la muerte de la lechuza tuvo más atención que la de Estrada. El primero de ellos es la reacción en cadena provocada por los medios de comunicación que coloca el hecho en primera plana y que obliga a la sociedad a tomar una posición políticamente correcta: de condena.
También, y contrario a lo que parece, se convirtió en un detonador de las emociones guardadas en un escenario en el que aparentemente es más fácil hablar de una distante lechuza pateada que de alguien que fue asesinado en un restaurante para robarle un teléfono y que podría ser un familiar cercano o uno mismo.
Los analistas dicen que también es un reflejo de una tendencia escapista de buscar noticias leves para contrarrestar las altas dosis de información sobre violencia a nivel local e internacional.
Edwin Herazo Acevedo, siquiatra y director del no gubernamental Instituto de Investigación del Comportamiento Humano, dijo en entrevista que sumarse a la reacción en cadena, “es una manera de quedarse tranquilo, de (decir) que 'ya estoy poniendo mi parte y ya', pero es mentira: todo lo demás sigue igual. Los hechos de violencia cotidianos siguen siendo los mismos”, señaló.
Para el director de investigación de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Sergio Arboleda, Ismael Roldán, es un “disparador” emocional.
“Nos duele y nos duele profundamente. A veces como que quisiéramos no hablar directamente sobre ese tipo de temas... (es) una manera para poder sobrevivir frente a una situación como esa es el silencio, evadir las cosas, huir de la realidad”, dijo.
El columnista de diario El Tiempo Daniel Samper opinó que “al optar por esta clase de noticias, el lector reacciona según lo han educado los medios de comunicación --prensa, radio, televisión--, donde cada vez parecen ocupar más campo las noticias 'faranduleras' y ligeras”.
“Quiero pensar que en el caso colombiano la búsqueda de noticias leves es una manera de escampar la alta dosis de noticias sobre violencia, corrupción, conflicto y delincuencia que llueve a diario desde la realidad”, señaló en un correo electrónico a la AP.
PROTAGONISTA
La distante lechuza se convirtió en protagonista de la vida cotidiana de los colombianos. Se reseñó el incidente en el estadio, la necropsia y el futuro de sus cenizas que finalmente fueron depositadas en una urna con un hermoso epitafio.
Las glorias de Estrada, campeón nacional infantil en 1986 y en categoría de mayores del Club Campestre de Cartagena en 1995, fue un párrafo en la reseña del crimen.
Los medios de comunicación abundaron en detalles sobre la posibilidad de disecar la lechuza y colocarla en una urna en el estadio Roberto Meléndez de Barranquilla, pero fue cremada debido a las condiciones del cuerpo luego la necropsia.
Los restos del ave rapaz fueron colocados en una caja de cartón blanco cruzada con una cinta verde.
“El color blanco de la urna tiene un significado de paz que debe haber entre los humanos y los animales y la cinta verde representa el compromiso ecológico que debemos tener todos los seres”, explicó a los reporteros a inicios de mes el gerente de la empresa Jorge López Buendía.
Las cenizas fueron guardadas en una urna de cristal y según el plan inicial será ubicada sobre una alfombra roja en el estadio donde pueda ser observada por lo hinchas. “'Visionabas' la victoria con tu vuelo, y nuestra comunidad con tu partida está de duelo”, es la frase de homenaje escrita en una hoja en la que aparece una lechuza con el escudo del onceno 'Tiburón' en el pecho y las palabras 'Soy de Junior'. El fondo es el estadio.
Los hinchas creen que cuando una lechuza revolotea sobre la cancha es señal de buena suerte para su amado equipo.
“Yo recuerdo que con el partido 2-2 de 1993, entre Junior y América, salió la lechuza... Al rato, el 'Pibe' Valderrama (Carlos) le puso el pase a Oswaldo (Mackenzie) y el 'Nene' marcó el gol del título”', recordó 'Lucho' Melao' (Luis Robledo) al matutino El Tiempo de Bogotá.
¿Alguien recordará el resultado de la participación de Estrada en uno de los torneos que ganó?
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El corresponsal de The Associated Press Rodrigo Almonacid en Bogotá contribuyó a esta información.
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