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Senado de Estados Unidos tiene tres latinos por primera vez

AP

07 de noviembre de 2012 04:21 AM


El republicano Ted Cruz hizo historia el martes al convertirse en el primer latino en representar a Texas en el Senado y así elevar a tres la cantidad de senadores hispanos en dicha instancia legislativa, en lo que constituye una elección histórica para esa minoría étnica.
El demócrata Richard Carmona, ex director nacional de Salud Pública durante el mandato de George W. Bush, fracasó en su intento de convertirse en el cuarto senador hispano al caer tras una reñida competencia en Arizona frente al representante republicano Jeff Flake para remplazar al republicano Jon Kyl.
En la misma jornada, 19 legisladores hispanos han asegurado hasta el momento su escaño en la cámara de representantes.
El grupo de elegidos por primera vez está conformado por los demócratas Joaquín Castro _legislador estatal_ y el abogado Filemón Vela (ambos por Texas), el senador estatal de California Juan Vargas y la ex comisionada del condado Bernalillo, Michelle Lujan Grisham, en Nuevo México.
Joe García en Florida y Pete Gallego en Texas llegaron por primera vez a la cámara baja derrotando a republicanos.
Los demócratas que lograron la relección el martes son Raúl Grijalva y Ed Pastor (ambos por Arizona), Luis Gutiérrez (Illinois), Albio Sires en Nueva Jersey, Ben Ray Lujan en Nuevo México, Rubén Hinojosa y Henry Cuéllar (ambos en Texas), y los neoyorquinos Nydia Velásquez y José Serrano.
Los republicanos relectos hasta el momento son Bill Flores (Texas), Jaime Herrera Beutler (Washington), Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart (ambos por Florida).
Un total de 49 candidatos latinos, 32 demócratas, 16 republicanos y uno sin afiliación declarada, tal como permite una ley recién aprobada en California, aspiraban a escaños en la cámara baja. California podría duplicar la cantidad de latinos de su delegación, de 6 a 11.
Al menos 27 tienen posibilidades de triunfo, incluyendo 22 en funciones o latinos que buscan remplazar a otros latinos, dijo la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Designados y Electos, con sede en Washington.
Cruz, ex subsecretario de Justicia, se unirá en el Senado a otros dos cubano-americanos: su copartidario Marco Rubio y al demócrata Bob Menéndez, quien obtuvo su primera relección como se esperaba.
Abogado de 41 años, Cruz se impuso ante el ex representante estatal demócrata Paul Sadler para ocupar el escaño que la republicana Kay Bailey Hutchison dejó vacante al jubilarse.
Las encuestas le concedían a Cruz apenas 2% de apoyo cuando iniciaron las primarias de su partido. Su padre nació en Cuba y luchó junto a Fidel Castro antes de que su gobierno se volviera comunista, y huyó a Texas sin hablar inglés y con 100 dólares escondidos en u ropa interior.
Cruz nació en Canadá mientras sus padres trabajaban en campos petroleros, pero se crió en Houston y tiene una oratoria populista que pulió al convertirse campeón de debates en la Universidad de Princeton y cursando Derecho en Harvard.
Joaquín Castro, un mexicano-americano de segunda generación oriundo de San Antonio y egresado de Harvard, remplazará a Charlie González, quien ejerció la presidencia del comité de legisladores hispanos.
Castro es hermano gemelo del alcalde de San Antonio Julián Castro, quien fue el orador principal de la convención demócrata.
Tanto Castro como Vela lanzaron sus candidaturas en distritos electorales recién creados.
En Florida, el demócrata Joe García se impuso al republicano _y también cubano-americano_ David Rivera, a quien la Comisión de Ética de la Florida halló una causa probable para abrir una investigación el mes pasado por presuntamente cometer 11 violaciones a leyes éticas cuando era legislador estatal.
Las acusaciones contra Rivera incluyen el presuntamente haber recibido dineros de la Southwest Florida Enterprises Inc., una empresa involucrada con el canódromo Flagler en Miami, pese a que él sabía o debería haber sabido que esos recursos iban a influir su voto o una acción oficial a favor de dichas compañías.
Se le acusó también de presuntamente haber destinado recursos de la campaña en gastos no relacionados con ella y de presuntamente haber suscrito un contrato de un millón de dólares a través de la empresa Millennium Marketing, Inc. con Southwest Florida.
Dichas empresas, dicen los alegatos, crearon presuntos conflictos de intereses entre las obligaciones públicas de Rivera y los intereses de estas compañías. Del Milenio, empresa fundada por la madre de Rivera, firmó en 2006 un contrato para gestionar, con éxito, una campaña para poner más máquinas tragamonedas en un referendo votado en el condado de Miami-Dade.
Rivera, quien emitió un comunicado negando vehemente haber cometido infracción alguna y acusó a la Comisión de Ética de la Florida de prestarse a manejos políticos en plena campaña electoral, también es objeto de una investigación federal por presuntas violaciones fiscales.
García reconoce que se ha beneficiado de los problemas de Rivera, quien lo venció 52 a 43% hace dos años.
Rivera y García trabajaron simultáneamente para la Fundación Nacional Cubano Americana, Rivera como investigador en Washington y García como director.
García, de 48 años, trabajó en el departamento de Energía durante el primer gobierno de Obama.

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