Un nuevo caso de sangre en San Francisco

Mientras se esperan resultados de los escuadrones policivos contra el sicariato y se pase por fin, de los estudios preliminares, la búsqueda de los móviles de un crimen hasta la captura de los asesinos, Cartagena asiste a un nuevo homicidio: el asesinato antier de un hombre a bala, en la calle Los Corales, del barrio San Francisco. Veintinco cartas llegan a propósito de ese nuevo caso de sangre. Algunas de esas cartas proponen ideas peregrinas de cómo evitar el sicariato que padece Cartagena. No hay una reflexión profunda sobre la raíz de la inseguridad. El clamor se encamina a preguntar por los resultados de los escuadrones policivos contra el sicariato. El lector que se firma “Por la ley” se pregunta si la culpa no será compartida entre autoridades y una ciudadanía que no denuncia ni reacciona, y unos agentes de policía nuevos “que no tienen la experiencia, no conocen a los delincuentes y en el peor de los casos les da miedo proceder”. El mensaje de Dare se va por la tangente con la idea de que el mal puede encararse evitando a los parrilleros y prohibiendo las motos, mientras que otros lectores como Oh Shit creen que los delincuentes no sólo se movilizan en motos. Juanca40 dice: “Al Comandante de la Policía, señor Mena, se le salió esta situación esta situación de las manos, los sicarios armados con pistolas transportándose en motos, asesinando por encargo. O atracando en buses y busetas. Y los resultados que esperamos no se perfilan por ningún lado...” Aleba 57 escribe: “Es sencillo de entender, la selección y formación policial es de baja calidad, hoy los aspirantes a policías lo hacen más por necesidad laboral que por vocación. He visto grupos de hasta 10 Policías haciendo presencia en mi sector y ninguno de ellos se inmuta por requisar a nadie pese a que les pasan ratas y ratones. Acampan en la tienda de la esquina o en el SAI a realizar llamadas...” Pero más allá de culpabilizar y de insistir en la fragilidad o ineptitud y de consolarse negativamente con la creencia de que son hechos aislados o reflejos de otras ciudades capitales, la problemática de inseguridad se vuelve más compleja, reclama nuevas alternativas, audacia y acciones asertivas, en la mirada polémica de los ciudadanos y lectores en la web.