Vargas Llosa: Keiko Fujimori es la resurrección de una dictadura

El premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa dijo hoy que no votará por Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de su país, aunque tampoco aclaró si apoyará al ex militar izquierdista Ollanta Humala.     
De visita en Montevideo, invitado por la Universidad Católica de Uruguay y por su editorial, Vargas Llosa dio una conferencia de prensa. El viernes recibirá las llaves como visitante ilustre de esta capital.     
El escritor dijo que las elecciones en Perú fueron impecables.     
“Creo que es la primera vez que en el Perú que nadie cuestiona el resultado electoral”, agregó Vargas Llosa, quien subrayó que todos coinciden en que el proceso expresó la voluntad popular.     
Sin embargo los resultados “no son del gusto mío, por supuesto, porque yo no voté por ninguno de los que han quedado finalistas; yo voté por (el ex presidente Alejandro) Toledo... Pero la democracia es eso”, agregó.     
Lo que tiene claro es que de ninguna manera votará por Keiko Fujimori.     
“Significa la resurrección de una de las dictaduras más crueles y más corrompidas hemos tenido en la historia del Perú”.     
El escritor agregó que Keiko Fujimori nunca se distanció del régimen de su padre, Alberto, sino que lo ha reivindicado. Vargas Llosa notó que la hija del ex presidente celebró el 5 de abril, la fecha del aniversario del autogolpe que propició Fujimori en 1992.     
Para Vargas Llosa el triunfo de Keiko significaría que se abrieran las cárceles.     
“Los ladrones y los asesinos que están condenados por los tribunales civiles, en juicios impecables, pasarían de nuevo al gobernar el Perú. Eso, desde luego, no lo quiero para mí país”, dijo.     
En cuanto a Humala dijo que despierta muchos recelos por su cercanía con el presidente venezolano Hugo Chávez, además de que sus opciones políticas, como las nacionalizaciones y el intervencionismo del Estado, han sido experimentadas en su país con “las consecuencias catastróficas que padecimos todos”.     
Consideró que en su campaña Humala ha moderado su actitud, buscando alejarse de Chávez y acercarse al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva.     
De todas formas, “las viejas ideas están siempre allí”, en su programa de gobierno, dijo Vargas Llosa. “Mi esperanza es que eso que dice sea cierto”, agregó.     
Fuera del plano político, Vargas Llosa contó que trabaja en un ensayo denominado “La civilización del espectáculo”, sobre la cultura contemporánea en la que, de acuerdo con él escritor, el espectáculo, la diversión y el entremetimiento, parecen haberse convertido en valores centrales.     
Dentro de esta cultura contemporánea consideró que la revolución tecnológica audiovisual y la aparición de las redes sociales han desarrollado las comunicaciones de tal manera que “se hace imposible que se establezcan los sistemas de censura, que antaño se establecían con gran facilidad”, dijo.     
“Es un progreso de la libertad, extraordinario”, agregó, aunque previno que no todo es positivo en ese campo.     
“Curiosamente se decía que las pantallas habían resucitado el arte de la correspondencia, que estaba casi extinguido. Sin embargo, si uno ve como se comunican (...) los jóvenes, a veces uno se queda un poco horrorizado con el empobrecimiento atroz del lenguaje”,     
En parte, los medios de comunicación han permitido una menor formalidad en la comunicación y del dominio de lenguaje, lo que a su vez a llevado a la banalización de la cultura, según Vargas Llosa.     
Dentro de este contexto, confesó tener algunas dudas sobre la influencia de la literatura en la vida en general.     
“Aunque hay muchos más lectores que en el pasado, creo que eso sí es una realidad estadísticamente demostrada, probablemente la literatura significa mucho menos para quienes leen hoy que lo que significaba en el pasado”, dijo.     
Las letras deben competir con muchas actividades y muchas formas de entretenimiento. Para Vargas Llosa sería necesario revisar cómo es la influencia que ejercen sobre la conducta de los lectores si es pasajera, efímera o profunda.     
“La verdad, no me atrevería a decirlo”, dijo.     
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