Muchas jóvenes de las zonas pobres de Cartagena aún desconocen la planificación y los métodos para evitar los embarazos indeseados.
Fue ese el resultado que obtuvieron las pesquisas de un grupo de 12 jóvenes voluntarios de diferentes partes del país y de América Latina, quienes hacen parte de Alianza del Pacífico, un mecanismo que promueve la educación y el desarrollo económico de los países.
Este es el segundo corte de 12 voluntarios que llegan al país y en el que la empresa Coosalud es el aliado estratégico, en compañía de la Alcaldía de Bogotá.
Los 12 jóvenes llegaron a Colombia, acogidos por Coosalud, “para transformar tejido social”, según dijeron, y al mismo tiempo explicaron que el programa Organizaciones Solidarias, adscrito a la Presidencia de la República de Colombia, escogió por segunda vez a la EPS cartagenera como aliado estratégico del proyecto que pretende integrar a la juventud de los cuatro países miembros de la Alianza del Pacífico (Perú, Chile, México y Colombia), como una apuesta para el intercambio de conocimientos y experiencias, a propósito del actual proceso de paz.
Se supo que, durante un mes, los voluntarios se concentraron en dos proyectos sociales de la cooperativa especializada en servicios de salud: la prevención de embarazos en adolescentes en Cartagena y Buenaventura; y la implementación del nuevo modelo de salud (MIAS) en las comunidades indígenas del departamento de Guainía, donde la empresa recién comenzó a operar.
“De hecho --dijeron directivos de Coosalud-- durante el tiempo que estuvieron en Colombia, los jóvenes recibieron el acompañamiento del Centro de Investigación e Innovación de Coosalud (CIISA)”.
Boris Verona, médico peruano, especialista en Salud Pública y Gestión de Servicios, anotó que el objetivo del programa es identificar los factores sociales y culturales que están provocando que las cartageneras de barrios pobres queden embarazadas apenas comenzando la adolescencia.
En aras de ese objetivo, el grupo realizó una encuesta y se acompañó con centros de salud como Clínica la Casa del Niño, Hospital Materno-Infantil Rafael Calvo y Somedyt.
El grupo poblacional estudiado fueron jóvenes habitantes del barrio El Pozón, específicamente de los sectores El Tamarindo, El Central, El minuto de Dios; además de los barrios Olaya Herrera, Colombiatón y Villas de Aranjuez.
Verona informó que la mayoría de las adolescentes (15 y 16 años) coinciden en decir que fueron niñas maltratadas, tanto verbal como físicamente. El 69% jamás había usado un método anticonceptivo; y el 81% de las que salieron embarazadas dejó el colegio inconcluso.
“Con estos resultados --añadió--, se generaron algunas propuestas interesantes como mejorar la investigación, crear alianzas estratégicas entre Coosalud y algunas instituciones locales, regionales e internacionales, para poder abordar el tema con mucha más amplitud. Creo que Perú y Colombia tienen bastante que conversar, pues son muchos los problemas en común”.
Tadeo Israel Cepeda, trabajador social mexicano, agregó que “muchas chicas nos dijeron que ellas hubieran retrasado su iniciación sexual o se hubieran protegido, si hubiesen tenido una información veraz en torno a cómo cuidarse. Como propuestas, sugerimos un círculo de educadoras par. Según las encuestas, si a estas niñas alguien, de su misma condición, les hubiera hablado de su experiencia, quizá la historia sería otra”.
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