Buscan bajar impacto negativo del cambio climático en Perú, Chile y Ecuador

Un grupo de investigadores ha emprendido un proyecto con el objetivo de disminuir el impacto negativo del cambio climático en ciudades costeras de Perú, Chile y Ecuador, que actualmente golpea a los más pobres de esas zonas. El proyecto de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático en Zonas Costeras (ADMICCO) es financiado por la Unión Europea y tendrá una duración de cuatro años. Está dirigido a desarrollar capacidades de autoridades, técnicos, líderes empresariales y sociedad civil.     
“El cambio climático es una amenaza a la sostenibilidad de los recursos, aumentando el riesgo y disminuyendo la calidad de vida de las poblaciones costeras, en especial de los que menores recursos poseen”, dijo a la AFP Anthony Jo Noles, jefe del Proyecto.     
Jo Noles sostuvo que la elevación del nivel del mar agravará procesos biogeofísicos de largo plazo, como erosión de la línea costera, déficit de sedimentos, intrusión marina en acuíferos costeros y pérdida de humedales costeros.     
El plan cuenta con un presupuesto de 2,850 millones de euros (unos 3,890 millones dólares), de los cuales el 80% los aporta la Unión Europea y el 20% restante entre los miembros del proyecto: Asociación Civil Labor de Perú, Centro de Desarrollo Sustentable de Pichilemu (Cedesus) de Chile y EcoCosta de Ecuador.     
Las ciudades donde se implementará el proyecto son las peruanas Ilo en la región Moquegua; Mollendo y Camaná en la región Arequipa; Huaral y Huaura en la región Lima. En Chile, las ciudades de Navidad y Pichilemu, y en Ecuador Galápagos y Manta.     
Jo Noles aseguró que el tema del cambio climático aún no está incorporado en la visión de desarrollo de las autoridades locales y regionales.     
Las ciudades escogidas tienen la similitud de que se encuentran en la costa, sus pobladores viven de la pesca, agricultura, minería, y algunas de ellas tienen conflictos de agua con sus vecinos y con empresas mineras.     
“El proyecto busca explicar a esas poblaciones que pasará en sus ciudades con los efectos del cambio climático y, asimismo, darle elementos para que puedan afrontarlos a fin que el impacto negativo sea menor de lo esperado”, precisó.     
Como ejemplo, señaló que al elevarse la temperatura en el mar algunos peces como la anchoveta se retirarán de la costa, pero aparecerán otras especies que pueden ser bien aprovechadas por los pescadores.     
“Se les dará a conocer una real evaluación del recurso agua de sus cuencas y necesariamente deberán cambiar de tipo de producto que siembran y forma de riego”, agregó.     
Jo sostuvo que es importante que la población tenga información que les permita tomar decisiones, decirles de sus recursos hídricos a futuro y la forma de aprovecharla o adaptarse a nuevas situaciones.     
Otro de los fines del plan es construir alternativas para hacer frente al fenómeno climático, como reforestación captando agua de neblinas, manejo de pradera de algas marinas, manejo de agua, tratamiento y reutilización de aguas grises para forestación en zonas urbanas marginales.     
Asimismo, incorporación de tecnologías socio-ambientales, y también poner en agenda el cambio climático en los centros educativos.     
Jo señaló que el proyecto en su cuarto año dejará un plan de seguimiento para que autoridades y pobladores puedan realizar evaluaciones de los recursos que tienen y si están siendo bien aprovechados.