Llamado a países ricos a financiar lucha contra calentamiento

Cuatro países emergentes China, India, Brasil y Sudáfrica llamaron hoy lunes a los países desarrollados a financiar la lucha contra el calentamiento global y a fijar “objetivos ambiciosos” para el sucesor de Kyoto, en un comunicado conjunto. Ministros de estos cuatro países, reunidos bajo el acrónimo BASIC, se reunieron el domingo y el lunes en Tianjin, en el norte de China, ciudad en la que tuvo ligar la semana pasada la última conferencia preparatoria de la ONU antes de la cumbre de finales de noviembre en Cancún. “Los ministros llamaron a los países desarrollados a comprometerse con objetivos de emisión más ambiciosos” que los del actual protocolo de Kyoto, que expira en 2012, según el comunicado. “Los países desarrollados tienen la obligación de apoyar financieramente y tecnológicamente a los países en desarrollo para que se adapten”, afirmaron también los cuatro países. Este llamamiento interviene cuando las negociaciones de la ONU finalizaron con un enfrentamiento entre China y Estados Unidos y sin avances importantes sobre el tema de las emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien la conferencia de la ONU en Tianjin “fue una disputa entre China y Estados Unidos, el comunicado de los cuatro países cuyo acrónimo es BASIC muestra que los otros tres apoyan fundamentalmente a China”, declaró a la AFP Yang Ailun, responsable del programa energía y clima de Greenpeace en China. En la conferencia de Tianjn, el negociador estadounidense Jonathan Pershing se declaró “decepcionado” de que Pekín rechace el control de las acciones iniciadas por cada uno para reducir sus emisiones. Por su parte, el principal negociador chino, Su Wei, respondió que “no era justo criticar a los otros cuando no se hace nada”, afirmó que China ejercía un “control nacional” sobre sus compromisos. En diciembre de 2009, la conferencia de Copenhague no logró alcanzar un acuerdo que tomara el relevo del protocolo de Kyoto y se limitó en adoptar un texto no vinculante, negociado deprisa por un puñado de jefes de Estado, que fija como objetivo limitar el alza de la temperatura del planeta a dos grados, pero no detalla los medios para lograrlo.