Ambiente


Preocupante diagnóstico ambiental en Cartagena

ERICA OTERO BRITO

06 de junio de 2012 12:01 AM

Cartagena está frente a un gran desafío ambiental para alcanzar un desarrollo sostenible que garantice a sus habitantes una convivencia digna de la imagen de ciudad ensoñadora que tiene ante el mundo.
En las celebraciones del Día del Medio Ambiente realizadas en Cartagena, la Corporación Pulso Verde y el Comité Interintitucional de Educación Ambiental dieron a conocer un diagnótico ambiental de la ciudad que invita a trabajar con ainco para recuperar los cuerpos de agua, generar una cultura de aseo en las calles, acabar con el relleno y la tala ilegal, minimizar el ruido vehícular y propender por una cultura de reciclaje.
Cuando se habla de Cartagena lo primero que viene al pensamiento de los interlocutores es historia, cultura, playas, deportes naúticos y monumentos; características que han enzalzado la imagen de ciudad turística, sin embargo y sin desmeritar todas estas fortalezas materiales e imateriales, cuando se da una mirada más cercana, la ciudad presenta un panorama que desdibuja esa percepción romántica; un coctel de pobreza, inseguridad y contaminación.
El atractivo de las playas, por ejemplo, se altera cuando se observa detalladamente el lugar y quedan al descubierto botellas de vidrio, plástico y toda clase de desechos orgánicos que los bañistas botan a la intemperie, sin discriminación alguna. (Lea aquí: Limpian el Espíritu del Manglar en el Día del Medio Ambiente)

La situación es similar en el resto de las áreas de la ciudad. En cualquier calle es fácil encontrarse a un ciudadano botar al suelo cualquier empaque, bolsa plástica o conchas de frutas, o encontrarse a quien contrate un carromulero para que le quite un basurero de la puerta de su casa sin tener en cuenta que estas personas dejan todos esos desechos en otra calle o en algun canal de desagüe pluvial.
“Muchas de las personas que actúan con esta inconsciencia ni siquiera conocen la ‘otra Cartagena’ a donde va a parar gran parte de estas basuras gracias a las corrientes de agua y a los carromuleros. Un recorrido por el cordón empobrecido al margen de la Ciénaga de la Virgen da una idea de las fatales consecuencias. Las ‘casuchas’ de invasión se levantan en este lugar en medio de grandes extensiones de basura y sus habitantes soportan la pestilencia de los desechos y del agua cuando sube el nivel de la ciénaga. El patio de juegos de los niños es una colcha de desechos de toda índole, la cocina y el baño quedan al aire libre y los olores que manan de ambos lugares se entrelazan con los gases lixibiados”, comenta Amy Barrientos Usma, miembro del Comité Interintitucional de Educación Ambiental (Cidea).
  
UNA CIUDAD VULNERABLE-TRANCONES, RUIDO, CAOS
Las alteraciones ambientales mantienen a Cartagena en un estado de indefensión expresó Barrientos, durante una charla que lideró en el colegio La Presentación con el ánimo de generar consciencia en el alumnado.
“En Cartagena el tráfico automotor y pedestre es más caótico todos los días, con anomalías desbordadas y comunes en todos los barrios secundadas por una impunidad en la autoridad. Los trancones en Bazurto, el parqueo ilegal en todos los barrios de la ciudad, el ruido de los pitos vehículares generan un caos desesperante que sumado al calor agobiante que estamos padeciendo en este mes desencadenan accidentes de tránsito y malestarles de salud, entre otras consecuencias”, precisa Barrientos.
En época de lluvia, las inundaciones se registran tanto en los barrios de estrato uno como en los de estratos seis sin que aún se concrete una solución cercana al problema de drenaje pluvial que padece la ciudad.
El desaseo en Bazurto no es coherente con las normas que se exigen en materia de salubridad. Si una persona es lo que come, la mayor despensa de Cartagena debería ser más higiénica. En los aldederores de esta gran central de abastos situada al lado de la Ciénaga de Las Quintas, la cual ha sufrido todo el impacto ambiental, se observan aves marineras convertidas en aves carroñeras al acecho de los desperdicios.
“Todo queda en letra muerta y en anuncios que no se cumplen”, dice la ambientalista.
Los cuerpos de agua y zonas de manglares se han ido convirtiendo en tierra firme a punto de escombros y rellenos ilegales.
En conclusión el diagnóstico ambiental de Cartagena es preocupante y dista de la ciudad que los residentes anhelan y, por demás marca un reto personal a cada ciudadano y otro común a entes como el Epa y Cardique a quienes el Estado le ha encomendado la tarea de hacer cumplir el artículo 79 de la Constitución Política que reza que todo colombiano tiene derecho a vivir en un ambiente sano.

CONSEJOS
Desde cada hogar los cartageneros pueden contribuir a mejorar el ambiente. Aunque hasta el momento, la unidad de Servicios Públicos de Cartagena está en mora de poner en marcha el Pegir y garantizar la recolección selectiva de las basuras, los residentes pueden reciclar en sus casas para cultivar esta cultura e incluso apoyarse en algunas fundaciones y cooperativas que hacen recolección domiciliarias de plásticos y vidrios.
La compra de refrescos en botellas de plástico o vidrios se puede minimizar cargando desde casa un termo con agua o jugo para disfrutar en el transcurso del día.
El uso de bolsas plásticas se puede erradicar del todo cargando diariamente con una bolsa ecológica, reutilizable.
Se puede disminuir el tiempo de la ducha y tener el cuidado de cerrar las llaves mientras se enjabona, se cepilla los dientes.

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