Tras cinco meses, sellan pozo de BP en Golfo de México en forma definitiva

Un tapón de cemento cuatro kilómetros (2,5 millas) bajo el nivel del mar selló el domingo por completo el pozo averiado de la petrolera BP en el Golfo de México, a cinco meses de la explosión que causó el peor derrame marino de crudo en la historia de Estados Unidos. El almirante retirado de la Guardia Costera Thad Allen, designado por el gobierno federal para manejar la crisis, dijo que el pozo “está eficazmente cerrado”. La prueba de presión para asegurar que el tapón de cemento se mantendrá en su lugar terminó a las 5:54 de la mañana (1054 GMT). “Medidas regulatorias adicionales se llevarán a cabo, pero podemos afirmar que el pozo Macondo ya no representa una amenaza para el Golfo de México”, dijo Allen. La fuga fue contenida a mediados de julio, cuando se instaló un tapón provisional sobre el pozo. Lodo y cemento fueron inyectados por la parte superior, lo que permitió retirar el tapón. Sin embargo, el pozo no podía ser declarado “muerto” _sellado en forma definitiva_ hasta que otro pozo de alivio fuera perforado para poder sellar el primero desde el fondo. Esto asegura que nunca volverá a causar problemas. La explosión del 20 de abril mató a 11 trabajadores y derramó 780 millones de litros (206 millones de galones) de petróleo en el Golfo. La catástrofe causó una pesadilla ambiental y económica para las personas que viven, trabajan y se divierten a lo largo de la costa. También llevó a investigaciones civiles y penales y aumentó el escrutinio gubernamental sobre las exploraciones de petróleo y gas en alta mar, incluyendo una moratoria sobre las perforaciones marinas en aguas profundas que todavía se encuentra en vigencia. Los residentes del Golfo seguirán sintiendo las consecuencias durante los años venideros. Todavía hay mucho petróleo en el agua y en las costas. Muchos pescadores luchan para sobrevivir, ya que las aguas permanecen cerradas para la pesca. Los camaroneros tienen permitido pescar, pero enfrentan dificultad para vender los mariscos ya que son percibidos como no aptos para comer, especialmente afuera de la región. El turismo a lo largo del Golfo también se ha resentido.