Ambiente


Un "climategate" en vísperas del inicio de la conferencia de Copenhague

REDACCIÓN MUNDO

05 de diciembre de 2009 12:01 AM

Investigación de la ONU, debate en el Congreso de Estados Unidos, advertencia en Arabia Saudí: el caso de los 'emails' robados a eminentes científicos británicos, sospechosos ahora de haber manipulado datos sobre el clima, cobra importancia en vísperas de la conferencia de Copenhague. El caso, bautizado "climategate" por la prensa británica, comenzó con la divulgación en noviembre de miles de mensajes electrónicos de la prestigiosa Unidad de Investigación sobre el Clima (CRU) de la universidad británica de East Anglia, víctima de piratas informáticos o de filtraciones. Varios de estos mensajes, entre ellos algunos del director del CRU, Phil Jones, presuntamente demostrarían que la comunidad científica altera datos para exagerar el efecto humano sobre el cambio climático, según los detractores de esa teoría. Frente a la gravedad de las acusaciones, el presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Clima (IPCC, en sus siglas en inglés), creado por la ONU, prometió este viernes una investigación. "Vamos a mirarlo todo y entonces decidiremos una posición", declaró a la BBC Rajendra Pachauri. "No queremos barrerlo debajo de la alfombra. Es un asunto serio y lo vamos a estudiar con detalle", agregó el economista indio cuyo organismo compartió en 2007 el Premio Nobel de la Paz con el ex vicepresidente norteamericano Al Gore. El jueves, la Universidad East Anglia había anunciado una investigación independiente sobre el contenido de los mails robados. Jones renunció temporalmente a su cargo esta semana hasta que concluya la investigación. En uno de los mails, menciona un "truco" empleado para maquillar las estadísticas de temperatura a fin de "ocultar una reducción". Sin esperar a los resultados del caso, los "clima-escépticos" de varios países se apoderaron del caso para cuestionar la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, uno de los principales temas de la conferencia de la ONU sobre el clima que se inaugura el lunes en Copenhague. En Estados Unidos, un grupo de congresistas liderado por el republicano James Sensenbrenner lo utilizará para tratar de torpedear en el Senado un proyecto de ley para luchar contra el calentamiento climático. En el Reino Unido, miembros de la oposición conservadora aprovecharon la ocasión para poner en duda la fiabilidad de las cifras sobre el calentamiento. Y uno de los responsables saudíes encargado de las negociaciones en la materia, Mohamed Al Saban, predijo en la BBC que este caso tendría "un gran impacto" en los debates que se llevarán a cabo hasta el 18 de diciembre en la capital danesa. "Destaca en este escándalo que no hay la menor correlación entre las actividades humanas y el cambio climático", estimó. "O sea que haga lo que haga la comunidad internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no tendrá ningún efecto en la variabilidad natural del clima", argumentó Al Sabban, cuyo país es uno de los principales productores de petróleo del planeta. El ministro británico de Energía, Ed Miliband, trató por su parte en relativizar el alcance del caso. "Debemos tener un máximo de transparencia sobre todo en los datos (sobre el calentamiento), pero también es muy, muy importante decir que un conjunto de mensajes electrónicos potencialmente mal interpretados no basta para deshacer la ciencia mundial", declaró.

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