Lo visible de las pérgolas, estructuras arquitectónicas anunciadas recientemente para las estaciones de Transcaribe, será lo estético y funcional. Las estaciones se verán más bellas y protegerán a los usuarios contra el sol y la lluvia.
Pero detrás de lo que se observa hay un componente más que fundamenta la alianza entre el Distrito y la empresa Esenttia para hacer realidad el deseo de los cartageneros de disfrutar de unas estaciones armónicas con las condiciones climáticas de la Costa Caribe: involucrar a la ciudadanía en la cultura del reciclaje.
Las 24 pérgolas que estipula el convenio se fabricarán con aproximadamente 23.700 kilos de plásticos reciclado, lo que equivaldría, por ejemplo, a unas 9,5 millones de tapas recicladas, aunque las tapas no serán el único elemento plástico reciclado que se utilizarán para su elaboración.
El trasfondo del pacto es mostrarle con ejemplo a los cartageneros los beneficios que la ciudad puede obtener si los habitantes se interesan en hacer un buen manejo y aprovechamiento de los residuos sólidos.
Con ello, el Distrito gana poner en marcha una de las estrategias del sonado Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS) que demanda de las alcaldías impactar positivamente a las ciudades desde lo económico, social y ambiental incrementando el volumen de uso de los desechos reciclajes, y Esenttia obtiene posicionar su imagen como una industria amigable con la conservación del medio ambiente.
El acuerdo concreta que Esenttia donará a la ciudad la fabricación e instalación de las 24 pérgolas en un plazo de 12 meses. Todo tiene un costo de 200 millones de pesos, según Carlos Crismatt, jefe de Responsabilidad Social Corporativa y Sostenibilidad de Esenttia (antigua Propilco).
Para cumplir, Esenttia tiene listo su plan de acción. Han contratado con la empresa Eco Azul la fabricación y la instalación de las estructuras. Las pérgolas son las columnas verticales y vigas longitudinales que sostendrán las láminas de policarbonato que finalmente le darán a las rampas de las estaciones de Transcaribe un aspecto de corredor entechado para el resguardo de los usuarios.
El proyecto responde además, a una necesidad sentida de los pasajeros, que desde que inició la operación del sistema se quejan por las inclemencias del clima que deben soportar mientras hacen fila para recargar las tarjetas de ingreso.
“Es una alianza para el disfrute y goce de los clientes de Transcaribe, pero también para generar cultura ciudadana”, recalca Carlos Crismatt, quien precisa que la propuesta del Distrito le llegó a ellos en buen momento para consolidar su política interna denominada “El cierre del ciclo del plástico” en el que trabajan para disminuir en Cartagena el impacto negativo de la botadura de objetos plásticos.
Esenttia es una industria dedicada a la fabricación de resinas plásticas que sirven de insumo para otras industrias especializadas en hacer todo tipo de elementos plásticos (sillas, juguetes, armarios, etc.) por lo que su responsabilidad social apunta a crear consciencia colectiva sobre el reciclaje en la fuente y la posterior transformación de esos desechos en piezas de larga duración teniendo en cuenta la resistencia del plástico.
“Las pérgolas de Transcaribe son un excelente ejemplo porque con ellas se responde a una necesidad latente en la ciudad y se hace a un bajo costo y en un material de larga duración. Estas estructuras, por ejemplo, les calculamos 80 años de vida útil; es un material resistente al sol y a la lluvia”, explica Crismatt.
Las estaciones son 17, pero se fabricarán 24 pérgolas porque siete estaciones tienen doble acceso. Cada pérgola tiene una medida de 14 metros de largo por 3,5 metros de ancho y en su recorrido, el usuario encontrará canecas para la disposición final y separada de las basuras.
Paralelo a la instalación de las pérgolas, cuya etapa está proyectada para empezar entre enero y febrero del 2017, Esenttia y el Distrito planean instalar en algunos lugares de la ciudad puntos de acopio de desechos reciclables. Aunque dicho proyecto es “harina de otro costal”, y los sitios no han sido definidos, las partes esperan que los “techos de las rampas de Transcaribe” sean la pieza de enganche y entusiasmo para que la ciudadanía se anime a progresar en la cultura del reciclaje en la fuente y a un mediano plazo la ciudad pueda mostrar resultados aplaudibles en esta materia.
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