Camila vive en Los Alpes y para regresar a su casa después de hacer compras en un almacén de cadena cercano, no elige un taxi ni una moto, ella se va con el señor Roberto Rodríguez, su bicitaxi de confianza.
En Chiquinquirá, Los Ejecutivos, Las Gaviotas, Los Alpes, El Recreo y Manga hay estaciones de bicitaxis. Sus clientes más frecuentes son los habitantes de esos barrios, que las usan para moverse en distancias cortas dentro del mismo sector.
La tarifa promedio es de $1.500. Pero el precio puede variar dependiendo de la distancia. La mayoría de los bicitaxis consultados por El Universal dicen que el vehículo no es de su propiedad, si no de un tercero. Al que deben pagarle “algo” por el día de trabajo.
Aunque opacadas por el fenómeno del mototaxismo, las bicitaxis son una alternativa de transporte que ha crecido y se mantiene en los barrios de Cartagena.
“Hay días malos y otros buenos. En mi caso, manejo bicitaxi por ratos, ya yo no aguanto esto. Nuestra única regla es no salir a las vías principales y mantenernos dentro de los barrios, aunque siempre está el atrevido”, cuenta Roberto, quien tiene 55 años, cuatro manejando los híbridos de bicicleta y coche. Dice que las señoras que vuelven de hacer compras y vienen con bolsas son sus más fieles clientes.
Su mayor competencia son las mototaxis, así lo reconocen los de la estación de Chiquinquirá, quienes dicen que mientras que en un día normal se hacen entre 30 y 40 mil pesos, el día sin moto logran hasta 120 mil pesos.
No les preocupa el Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), incluso ven en él un buen aliado, aunque sí los inquieta que Transcaribe desplace a las mototaxis al interior de los barrios, por eso están a la expectativa de qué viene para esta alternativa de transporte, que es de donde sacan su sustento diario.
AHORRANDO PARA UNA MOTO
El 9 de julio Renzo Flórez se gradúa de bachillerato. El joven, de 18 años, maneja bicitaxi desde hace nueve meses para ayudar a su familia y ahorrar para su futuro.
Dice que tiene una alcancía, que está ahorrando para comprarse una moto y trabajar con ella, aunque confiesa que espera que ese sea el regalo de grado que le dé su mamá.
Cuando se le pregunta “¿por qué cambiaría la bicitaxi por la moto?” su respuesta es clara: “ellos son nuestra competencia y no se matan tanto, esto es pura pierna y pulmón, a uno le toca estar tomando agua a cada rato. En cambio la moto tiene su motor y uno no sufre tanto. Además, eso da más plata”.
Con él, y muchos de sus compañeros más jóvenes, promete aumentar la cifra de motos dedicadas al mototaxismo en la ciudad, que según algunos ya supera las 70 mil.
Muchos de ellos migrarían de una alternativa de transporte más segura y ambientalmente amable que está en camino a ser regulada por el Ministerio de Transporte, a uno informal, que contamina y que protagoniza la mayor cantidad de accidentes con peatones.
RESPONSABILIDAD DE MINTRANSPORTE
El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 da al Ministerio de Transporte la tarea de estimular el uso de bicicletas y triciclos no motorizados, y en un plazo no mayor a dos años (que se cumplen este año) reglamentar la prestación del servicio de transporte a través de estos vehículos y la posibilidad de ser alimentadores del SITM.
Esto se expone en el artículo 204, así “estímulos para el uso de la bicicleta y los tricimóviles no motorizados: El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Transporte realizará acciones tendientes a promover el uso de modos no motorizados y tecnologías limpias, tales como bicicleta, tricimoviles y transporte peatonal en todo el territorio nacional. Parágrafo primero: En un plazo no mayor a dos años el Ministerio de Transporte reglamentará la prestación del servicio de transporte público en tricimoviles no motorizados y la posibilidad de alimentación de los mismos a los SITM, SETP, SITP y SITR de acuerdo con las necesidades propias de cada sistema”.
El Universal se comunicó con el Ministerio de Transporte para conocer los avances de dicha reglamentación. La respuesta fue que se está trabajando, pero aún no hay nada concreto.
Mientras tanto, Roberto y Renzo siguen pedaleando en sus bicitaxis, con la esperanza de encontrar algo mejor o ahorrar lo suficiente para subirse al incontrolable fenómeno del mototaxismo.
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