En Soplaviento sólo quedan unos 600 metros cuadros de tierra firme seca. El resto de la población está cubierta por agua del Canal del Dique.
La Loma es el único sector que no se inundó y allí permanecen hacinadas centenares de personas que se niegan a evacuar, a pesar de subsistir en condiciones sanitarias adversas.
Los damnificados se alojaron en La Loma, el lugar más alto del municipio, en cambuches improvisados y en casas de familia, pero las autoridades temen que por el sobrecupo de afectados, se originen epidemias y hambruna.
“Ya cumplimos muchas horas aquí y lo único que estamos recibiendo es un mercadito comunitario, pero eso no es lo que queremos, sino que se hagan obras civiles para evitar que cada año nos inundemos”, manifiesta Felix José Almeida.
Pesar y ruina
El panorama en el pueblo es de pesar y ruina: calles y casas inundadas, animales muertos, y adultos, niños y ancianos compartiendo una letrina que se improvisó para atender la emergencia, es el común denominador.
“El desbordamiento del Canal del Dique no nos tomó por sorpresa. Trabajamos más de 15 días en jornadas ininterrumpidas para evitar anegarnos, pero pudo más la fuerza de la naturaleza”, comenta Carlos Pérez, damnificado.
Soplaviento se inundó en la tarde del jueves pasado, pese a que sus habitantes lucharon contra la creciente. Ese día la cabecera municipal se inundó en un 70 por ciento, según el alcalde Luis Ramírez.
La comunidad trabajaba sin desmayo desde hacía días, colocando barricadas de arena y muros de defensa por donde pasaba el Canal del Dique, y también hacían lo mismo en la parte posterior para evitar el ingreso de la Ciénaga de Capote.
Pero mientras luchaban contra estas dos amenazas, por otro lado de la población, los sorprendió El Chorro de Las Mestizas, que penetró e inundó rápidamente al municipio.
Cuida los enseres
La casa de Francisco Mendoza López parece un almacén de electrodomésticos. Su vivienda, por estar ubicada en la parte más alta del municipio, está llena de toda clase de enseres para el hogar.
Los vecinos le confiaron a “Pacho” sus pertenencias, para que se las cuidara de la humedad y de los dueños de lo ajeno.
Por los pasillos y andenes su domicilio casi no se puede pasar, de modo que están ocupados por neveras, colchones, camas, estufas, lavadoras, equipos de sonidos, televisores, entre otros elementos.
“No me pude negar al favor que me pidieron los vecinos, lo hago por solidaridad y para que ellos no pierdan las cositas que con tanto esfuerzo han conseguido”, expresa Mendoza López.
Evacuación
Organismos como la Defensa Civil y la Armada Nacional, así como la Gobernación y las alcaldías de Soplaviento y San Estanislao de Kostka (Arenal), atienden la evacuación de las zonas afectadas y acomodan a estas personas en lugares seguros, con alimentación y asistencia médica.
Cuatro unidades marítimas y tres botes de inserción anfibia de la Armada Nacional se desplazaron hacia Soplaviento, para apoyar la evacuación de cerca de 5.000 habitantes, que están siendo afectados por el ingreso de las aguas provenientes del Chorro de Las Mestizas.
Aunque algunos lugareños han evacuado por sus propios medios hacia la parte alta del municipio y poblaciones cercanas como San Estanislao de Kostka, Barranquilla y Cartagena, la Armada Nacional tiene dispuestas en el sector dos lanchas de Guardacostas, una de la Infantería de Marina, tres botes tácticos y una unidad de desembarco anfibio tipo LCU “ARC Bahía Honda”, especial para el transporte de material y personal.
De igual manera, una lancha tipo langostera y la unidad tipo LCM “ARC Bahía Colombia”, llegaron a Soplaviento para continuar apoyando a los afectados.
Catástrofe
El alcalde Luis Ramírez califica como catastrófica la inundación de Soplaviento.
“No nos merecíamos esta suerte, porque la comunidad en pleno se congregó para construir fortalezas y muros, a fin de evitar el desbordamiento del Canal del Dique”, refiere el mandatario.
“Lamentablemente dio nos trajo este designio y así lo aceptamos. Pero ojalá que toda esta tragedia sirva para que el Gobierno se de cuenta de que no es con mercaditos ni pañitos de agua tibia con que se arregla esta situación, sino con la rectificación del Canal del Dique, lo que serviría para que se repita esta tragedia cada año, desde septiembre a diciembre, en los municipios ribereños”, puntualiza.
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