1.500 familias de Córdoba afectadas por inundaciones

La crisis que padecen los tacamocheros desde el pasado mes de noviembre, cuando empezaron a llegar las aguas a las calles del corregimiento, se está convirtiendo en una amenaza para sus habitantes, debido al debilitamiento que se ha generado en la infraestructura de las viviendas.
Estella Herrera González, de 65 años de edad, asegura que hacía 11 años a ese corregimiento no llegaba a sus calles agua proveniente del río.
“Desde el año pasado para acá venimos sufriendo con las inundaciones debido a las lluvias que han caído en todo el territorio nacional”, dice.
Agrega que aparte de convivir con el agua dentro de sus viviendas, deben soportar las enfermedades que éstas generan en toda la población, lo que en ocasiones llega a desesperarlos, al punto de perder la esperanza.   
Desde que se iniciaron las inundaciones, la fiebre, la gripa y los hongos en los pies de los afectados no han dado tregua, razón por la cual le hacen un llamado a la Secretaría de Salud Departamental para que realice una jornada de salud para atender a toda la comunidad que se encuentra enferma.
Debido a las inundaciones, los campesinos aseguran que el río ha arrasado sus cultivos y por ello han perdido en siete meses unos $240 millones representados en cultivos de yuca, maíz, patilla, ajonjolí y tabaco, ocasionado además la falta de alimentos dentro del casco urbano de esa población.
Sin vías
Otro de los inconvenientes que padecen los 4.500 damnificados del corregimiento más prospero de Córdoba es la falta de vías para transportarse hasta el casco urbano, y la única forma de llegar a él es por agua, aumentando a su vez el valor del transporte.
Los corregimientos más afectados con las inundaciones son Tacamocho, Tacamochito, San Andrés, Santa Lucia y la cabecera municipal de Córdoba, lo que suma un total de 1.500 familias afectadas en esta población del Departamento de Bolívar.
Los habitantes de cada unos de los corregimientos afectados se encuentran trabajando de noche y de día para evitar el desbordamiento del río, colocando barricadas pero de nada les ha servido este esfuerzo, porque la fuerza de las aguas es más grave y a arrastrando a su paso unos 3.000 metros de tierra de la margen izquierda del afluente en el punto conocido como el Remolino.