2.447 hectáreas afectadas por inundaciones en Achí

Los pequeños y medianos agricultores del municipio de Achí han visto como durante la primera parte de la inusual temporada invernal de 2010 los ríos Cauca y San Jorge se han engullido unas 2.447 hectáreas de sus cultivos, lo que ha ocasionado multimillonarias pérdidas, cuyo avalúo realizan las autoridades agropecuarias de Bolívar. Según el secretario Departamental de Agricultura, Enrique Nuñez, el área afectada son 2.447 hectáreas, pero aclara que el censo que envió la Alcaldesa, Cristina Acosta, comprende solamente a pequeños y medianos agricultores. “Este es el reflejo del impacto económico y social, ya no solamente por lo que monetariamente significan esas pérdidas sino por la falta de alimentos para los pobladores de las áreas afectadas, lo que ha causado carencia de víveres entre las comunidades, que solicitan ayuda para poder comer”, señala el funcionario. SITUACIÓN DIFÍCIL Pero la situación, lejos de disminuir o siquiera estabilizarse tiende a ser más aguda, especialmente frente a los desalentadores anuncios de las autoridades meteorológicas colombianas que anuncian un severo incremento del régimen climático para los próximos meses, que fusionarían el ciclo de dos temporadas sin cultivos, las de 2009 por falta de agua y la de 2010 por las des-vastadoras inundaciones que hoy afligen a esa zona. En las estadísticas de áreas de cultivo perdidas no se han incluido las de las grandes extensiones, por lo que según el secretario de Agricultura de Bolívar, Enrique Núñez, "los grandes agricultores no están contemplados es éste censo, y se teme que las pérdidas en la Región de La Mojana boliva-rense, específicamente en el municipio de Achí, supere las 3.000 hectáreas. Por ahora, las esperanzas de los habitantes de las extensas zonas inundables de La Mojana solo esperan la llegada de ayudas humanitarias, especialmente de alimentos, frazadas y costales para proteger lo poco que aún no se han llevado las ríadas, cuya intensificación se prevé para a partir del mes de octubre, cuando según los pronósticos climáticos podrían ser mucho más crudas de lo que hasta ahora han sido, por la virulencia de una pluviosidad inusitada prevista para los próximos meses.