Muchos destrozos dejó el temporal de viento y lluvia del jueves en la tarde en Arjona.
120 alumnos de la Institución Educativa Catalina Herrera, sede El Carey, no recibieron clases ayer, debido al vendaval que azotó a la población.La ventolera destechó 3 aulas escolares y, en consecuencia, a los alumnos de décimo y undécimo grado les fue imposible desarrollar sus actividades escolares, y fueron devueltos a sus hogares.
Los directivos del colegio le solicitaron a la Administración municipal el arreglo inmediato de los daños, a fin de que se retomen las clases y no se altere el calendario académico.
Otro afectado es Gregorio Puello, quien por segunda vez en 6 meses, volvió a sufrir los afectos de los ventarrones. Unas 16 láminas de eternit se volaron de su casa, en la Calle Junín.
La tormenta también causó daños en El Limonar, Puertobelo y La Calle de la Línea, en donde se cayeron varias líneas de energía eléctrica. Electricaribe trabajaba ayer para restablecer el servicio.
Aproximadamente un centenar de árboles se cayeron en toda la población, informaron los organismos de socorro.
Quizá la estructura que mayores daños sufrió fue el estadio de béisbol Santiago Torres Herrera, en donde el tejado quedó destruido en un 70 por ciento.
Las autoridades municipales harán un censo para establecer cuántas familias resultaron damnificadas por el vendaval.
En Barranco de Loba
Solo daños materiales dejó el fuerte paso de un vendaval sobre el corregimiento de San Antonio, del municipio de Barranco de Loba, sur de Bolívar.
El fenómeno natural sorprendió a los habitantes de esa población, al amanecer de ayer.
Los fuertes vientos destruyeron los techos de cuatros salones y del restaurante escolar de la sede de primaria y secundaria en la Institución Educativa Segundo Amarís Matute.
“Nosotras estábamos en el restaurante preparando los desayunos para los estudiantes, cuando de repentes oímos que venía un ruidaje y vimos como una humareda, cuando en cuestión de segundo los techos de los salones y del restaurante escolar se levantaban, relató Corina Tolosa, testigo de fenómeno natural.
“Esto hubiese sido un desastre más grande, por fortuna una ceiba contigua a la escuela contuvo los fuertes vientos”, indicó.
Por la gravedad de los daños, las directivas del plantel educativo decidieron suspender las actividades académicas en la sede primaria, hasta tanto no se acondicionen los salones.
“Estamos a la espera de que las autoridades locales y departamentales nos envíen prontas ayudas para continuar con el ciclo escolar”. Expresó el rector Olimpo Serrano.
Una tradición la salvó de la muerte
El tener que levantarse a moler el maíz para los bollos, salvó de morir a Isidora Rodelo Martínez, cuando minutos antes de haberse levantado de la cama, una viga de madera calló sobre la pieza donde ella dormía con una de sus nietas.
“Mientras el maíz se ablandaba, yo arreglaba a mi nieta para ir a al colegio, cuando sentí el estrépito y vi como en la cama donde yo duermo estaba el estante del techo”, refirió.
Las láminas de zinc de la casa volaron, el agua mojó los colchones y la ropa.
A su paso, las fuertes lluvias acompañadas por los vientos huracanados, destecharon ocho viviendas y tumbaron paredes de varias casas en esta población.
Solo esperan ayudas del nivel municipal y departamental, toda vez que en su mayoría son personas que sufrieron por la pasada ola invernal que azotó esta sección del departamento de Bolívar.
Regional
Arjona y Barranco de Loba, azotados por vendaval
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