La difícil situación que enfrenta esta población desde finales del pasado se agrava cada vez más, debido a la cantidad de malos olores, insectos y gusanos que diariamente provienen de las aguas servidas.
Para
Osiris Osorio, representante de Las Margaritas, las enfermedades se comenzaron a ver en la piel de los menores albergados en la
Institución Educativa Técnica Industrial y en las bodegas de Coopoamiel, en el sector
La Santa.
Agrega que no solamente son los albergados los afectados, sino también los estudiantes que deben recibir sus clases en medio de hedores.
No hay atención
Osorio asegura que no han recibido la atención necesaria desde la
Secretaría de Salud municipal, a la cual desde hace un mes le enviaron una comunicación solicitando la limpieza completa de las pozas.
“Queremos que nos escuchen, que tengan en cuenta nuestras necesidades porque las consecuencias las están pagando cada una de las familias afectadas”, precisa.
Sostiene que necesitan que durante el tiempo en que estén en esos sitios requieren de la limpieza cada quince días las pozas, puesto que el número de familias hacinas es bastante elevado.
“Solo hemos tenido la visita de funcionarios de la Secretaría de Salud Departamental para percatarse de nuestra situación, la cual se comprometió a brindarnos una ayuda para solventar las necesidades por las que estamos pasando”, dijo.
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