Turbaco en la Independencia

Una tertulia sobre el aporte de Turbaco a la gesta independentista se cumplió en la mañana del martes en la Casa de la Cultura del municipio, enmarcada en los eventos programados por la Secretaría de Educación con motivo del Bicentenario de la Independencia. La presencia de Simón Bolívar y Manuelita Sáenz, en Turbaco, es referenciada por cronistas, historiadores y novelistas. Turbaco llegó a ser una sede alterna del Virreinato y muchos líderes de la Independencia de Cartagena tuvieron reuniones de carácter político con Bolívar, que recibió el apoyo desinteresado de los turbaqueros, a la causa de la Independencia. El nombre de Turbaco fue desde los años lejanos de la Colonia un sinónimo de resistencia y beligerancia: los Yurbacos atacaron la presencia de los conquistadores. Veinte flechas envenenadas ultimaron a Juan de La Cosa, pero ya los españoles habían intentado someter a los indígenas a sangre y fuego. Pero esa referencia volvió a ser retomada en los años previos a la Independencia: Turbaco fue uno de los lugares que más acogió a Bolívar en su viaje ineluctable hacia la muerte. Allí se trenzaron proyectos y acciones políticas de gran significación para la historia regional, nombrada en los cuatro tomos de la Historia General de Cartagena de Indias, de Eduardo Lemaitre, y en el ensayo magistral “El fracaso de la nación”, de Alfonso Múnera. El nombre de Turbaco aparece en la memoria exaltada del alemán Alexander Von Humboldt, cuando arribó allí a principios de 1801 y se consagró a estudiar su vegetación que incluyó en su herbario. Poco antes de morir, evocó con emoción los ojos de agua de Turbaco, la exuberancia del paisaje y la frescura inolvidable de su entorno. Lo mismo en cartas y artículos del sabio José Celestino Mutis que se dedicó a estudiar el apareamiento de las hormigas en la región. Y en las cartas y mensajes de Simón Bolívar que tuvo a Turbaco como uno de sus últimos escenarios cuando emprendió el viaje ineludible hacia la muerte. Su participación en la gesta independentista no fue pasiva antes y después de la firma del Acta de Independencia de Cartagena en 1811. Cuatro años después, cuando la ciudad es sitiada por Morillo, los turbaqueros aportan dinero, comida y personal para la causa de la Independencia. Morillo se establece en Turbaco como un punto estratégico para controlar a Cartagena y sectores aledaños. Los insurgentes fueron perseguidos a sangre y fuego, y sus casas destruidas. Algunos de los participantes propusieron a la administración distrital, a propósito del anuncio de creación de la Secretaría de Cultura en Turbaco, la realización en la comunidad estudiantil, de un concurso de cuento y pintura sobre algunos aspectos del Bicentenario de la Independencia. La señalización de escenarios de la cultura y la historia local. La creación de un mural en relieve sobre la Independencia. Se aludió en esta tertulia, al turbaquero Manuel Amador Guerrero, primer Presidente de Panamá y al dictador mexicano Antonio López de Santa Anna que se quedó a vivir en Turbaco, a la creación del primer acueducto que abasteció a Cartagena y a la necesidad de crear una fecha de celebración que integre y proyecte a los mismos turbaqueros. En la tertulia participó el escritor y periodista, Gustavo Tatis Guerra; el docente y escritor Rafael Gustavo Buendía, el filósofo Fernando Cortina Nates y personajes de Turbaco como Rafael Baena Espinosa, Benjamín Baena Espinosa y Dionisio Torres Porras, entre otros. La tertulia contó con la presencia de profesores, historiadores y público numeroso atraído por esta tertulia histórica.