Damnificados reciben asistencia humanitaria

Mercados, colchonetas, plásticos, agua potable, juguetes, frazadas y productos de aseo, hacen parte de las ayudas humanitarias que recibieron ayer los damnificados de San Estanislao de Kostka (Arenal), Soplaviento y San Cristóbal.
La feligresía de la Iglesia Perpetuo Socorro de Bocagrande, en acto generoso, solidario y apolítico, entregó ayer 1.670 mercados a las familias afectadas por el desbordamiento del Canal del Dique.
La donaciones de cartageneros y foráneos fueron acopiadas en el parroquia católica de Bocagrande y luego transportadas hacia Arenal en 13 automotores.
En ese municipio se entregaron ayudas a los damnificados albergados en escenarios deportivos y escuelas, mientras los otros donativos los transbordaron en embarcaciones fluviales a Soplaviento y San Cristóbal.
“El objetivo es solidarizarnos con las personas que realmente lo necesitan y tenderle una mano amiga a los hermanos que hoy afrontan esta tragedia”, expresa Paola Dávila Pestana Porto, unas de las coordinadoras de la actividad”.
“Este ha sido un trabajo en equipo, que acogió el llamado del padre Luciano Arias Cruz, y que se gestó través de una convocatoria que hicimos por celular, la cual contó con el apoyo de muchos donantes de Bocagrande, que se unieron con apoyos en dinero y en especie”, comenta Paola.
A la campaña se unieron empresas Portogás, Gematur, Policía Nacional, Armada Nacional, Grupo Heroica, Cellux, El Universal, entre otras.
“Recibimos con agrado esta ayuda porque es de corazón y sin distingo político. Los mercaditos los hemos recibido directamente y sin intermediarios”, manifiesta José Pérez, damnificado de Soplaviento.
María del Carmen Castillo, quien también se benefició con ayudas, agradece a las personas de buen corazón que se esmeraron para llevarles alimentos y frazadas.
“Desde que fuimos inundados, estamos pasando necesidades, pero gestos tan caritativos y solidarios como estos nos hacen saber que no estamos solos y que siempre hay una mano amiga para colorarnos”, puntualiza Castillo.
La Iglesia Católica acordó entregar las ayudas hasta en las viviendas más recónditas de los municipios afectados, de acuerdo con un censo previamente establecido.