Buzón


Aumento al predial

Señora Alcaldesa: se le fue la mano. Soy un ciudadano que hasta hoy he pagado oportunamente todos mis impuestos, inclusive aquellos que la voracidad de los políticos llaman contribuciones. Pero su último invento que hizo crecer el predial casi en un ciento por ciento, como en mi caso, me ha dejado sin respiración e hizo colapsar todas mis buenas intenciones, lo mismo que mi presupuesto familiar. Tal vez lo pague en el futuro, esperanzado en el milagro de la amnistía que de cuando en vez decretan los políticos, los mismos morosos que en buena proporción figuran escondidos en su contabilidad. Usted me obliga a ampararme en esa marrullería. Lo hizo en mal momento, cuando todos los aumentos se están manejando en porcentajes bajos, como tal vez nunca había sucedido en Colombia y, además, de la peor manera decretándolo a “quema ropa”, sin tiempo para recurrir a la sensatez. Pudo tener razón pero no justificación, porque aducir que es para la “revolución del concreto” suena a mentira. Concreto fraguado con “babas de políticos” no dura y no será la primera vez que esos recursos vayan a las arcas de la corrupción. Cuentan los historiadores que cuando en Roma, inundada de impuestos y corrupción, su emperador Tiberio dijo a sus pretorianos: “Los buenos amos esquilan sus ovejas, pero no las esquilman”, su jefe lo asesinó. Dios conservará a nuestra Alcaldesa, pero esta “esquilmada” a los cartageneros es un tropezón que aún se puede evitar. Luis Enrique Borja Barón C.C. 9.045.834

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