Ausentismo

El ausentismo de los congresistas a las sesiones ordinarias de las dos cámaras que lo integran, no es nada nuevo. Así ha sido desde siempre, por lo que resulta muy positivo el control que la Procuraduría y la Contraloría han comenzado a llevar en estos momentos, justo cuando la confianza de los colombianos en el Congreso está por el suelo. A las investigaciones sobre la parapolítica, ahora se suma la de la asistencia de los "honorables padres de la patria" al recinto sagrado en donde se aprueban o rechazan las leyes que rigen la vida social, política y económica de nuestro país. La mayoría de ellos, llega, firma y se va, pero los más cínicos y descarados ni siquiera aparecen, aunque cobran puntualmente su sueldo. Así las cosas, ¿Cómo puede funcionar una democracia si uno de sus tres poderes, el Legislativo, no cumple como debe ser? La situación cambia radicalmente cuando el Gobierno convoca a sesiones extraordinarias para aprobar algo que sí les interesa en forma particular, tal y como sucedió en diciembre pasado con el segundo referendo reeleccionista y con la moción de censura contra el Ministro de Agricultura, este año. Al-gunos congresistas se están dando "golpes de pecho" por lo que consideran "es un atropello contra su dignidad que afecta gravemente la credibilidad de los colombianos en el Legis-lativo" (¿?). Como dice la sabiduría popular: "Al que le venga el guante, que se lo plante" y "Quien nada debe, nada teme". Rafael E. Yepes Blanquicett C.C. 9.093.223 de Cartagena.