Cartagena en shock

En Cartagena, pese a los nuevos vientos de cambio que se verifican en el mundo, no hemos podido librarnos del lastre de ser una sociedad cerrada y excluyente, principalmente con los propios hijos. Nunca había percibido tan de frente la deleznable sensación de ver cómo un ser humano margina a su semejante, por motivos tan insignificantes como su aspecto o color de piel, pero me tocó y créanme, no es nada agradable. El asunto se verificó en la puerta de la Discoteca Fragma en el marco de la fiesta de la Revista Shock, cuando a una persona que iba conmigo para ese sitio, de manera irrespetuosa, los funcionarios de portería, no la dejaron entrar, - no obstante tener ella los requisitos que todo ciudadano debe tener para poder acceder a un lugar abierto al público -, aduciéndole de que la que aparecía en la foto del documento no era ella. Por Dios, no me imagino como pudo sentirse, cuando por nuestro frente dejaban entrar otras personas, sin pedirles la cédula, ni hacerles injuriosas requisas. Ante la situación reclamé, pero el culmen del asunto estuvo cuando el encargado de la puerta murmuró “esa negra aquí no entra”. A todas estas me pregunto ¿ Será por eso que en Cartagena estamos en shock?. Marcelo Arturo Tapia Ariza C.C. No 9.145.172 de Cartagena.