Habló Dania, la prostituta sanandresana, que generó el escándalo en la VI Cumbre de las Américas en Cartagena, al denunciar a un hombre del Servicio Secreto de Barack Obama, por maltrato verbal, no pagarle la tarifa establecida y gritarle: "Let's go bitch". Cartagena no es un foco de prostitución, es una ciudad como París, Miami, o Washington, donde hay meretrices como en cualquier sitio del mundo. Haciendo memoria, el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt (1933), convivía con una de estas, Lucy Pebensi, en la mismísima Casa Blanca, quien era la secretaria social de Eleanor, su esposa. Ni hablar del brincón del Bill Clinton, quien en la oficina Oval, no sólo tuvo sexo oral con Mónica Lewinski, sino con muchas mujeres de la vida fácil. Los gringos son tan putañeros, como cualquier hombre que le gusten las rameras.
No a todos por supuesto, porque nuestra Canciller María Ángela Holguín, se pifió en su comentario androfóbico, al afirmar que: "Donde hay un hombre hay prostitución".
No más con este asunto, Dania no representa a las mujeres colombianas, pero como ciudadana tiene derechos constitucionales, abandonó el país, y su abogado Abelardo de la Espriella, quien no se pierde un escándalo, la asesoró para asilarse en Emiratos Árabes, por miedo a la extradición a Estados Unidos. Dania se desnudará para diferentes revistas, sacará su libro y hará su película.
El Hotel Caribe de cinco estrellas, tampoco tiene la culpa, o, ¿es que al Hotel Ritz, o al Palace no van meretrices? Para la próxima, los agentes secretos de Obama, tendrán que darles alcanfor para bajar la libido, o, vacunarlos a tiempo contra la lascivia.
Helena Manrique Romero
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