Desfachatez

Pilares fundamentales de una democracia real y de un Estado moderno, respetable y con énfasis en lo social deberían ser: la seguridad social, la educación, la salud, la vivienda y el trabajo. Desafortunadamente nuestro país dista mucho de ser en la práctica, ese Estado utópico antes enunciado. Con el fin de allegar la documentación requerida para acceder al “privilegio” de contar con una pensión de jubilación, acudí al Seguro Social (pensiones), luego de haber intentado ingresar a la página web de la misma institución para obtener información relacionada con el número de semanas cotizadas y actualizar otros datos. La respuesta del empleado fue: señor usted no aparece en el sistema. No me sorprendí porque sé de muchos amigos y compañeros a quienes les ha ocurrido lo mismo. Exigí que me certificaran la desaparición y así lo hizo otro empleado por escrito. Palabras más palabras menos no aparecía inscrito en el Seguro Social. Le pregunté qué debía hacer para subsanar tamaña omisión, y me dijo que me dirigiera a la oficina comercial en donde debí diligenciar un formulario e inscribirme de nuevo como si no hubiera pasado nada. Lo peor es que religiosamente recibían mis aportes a través del ente oficial en el cual presto mis servicios. Además periódicamente recibía información de semanas cotizadas y novedades si las hubiere. Esa grave omisión de orden administrativo violatoria de los derechos del ciudadano y posiblemente del código disciplinario único, amerita una indagación interna y una investigación del ente competente por este y por muchos otros casos que los afectados no denuncian. César Salguedo Hernández C.C. No 9. 056.390 de Cartagena