El 15 de mayo se acostumbra celebrar en todo el territorio nacional el día del maestro. Por eso, el Estado, la sociedad y los padres de familia deben reconocer sinceramente su invaluable trabajo, su entrega, su pasión, su creatividad, su paciencia, su amor y sacrificio en favor de la educación y formación de los estudiantes. Así como los logros de esa insustituible labor que se enfrenta a los constantes cambios y avances de la ciencia y a una sociedad con retos cada vez mayores, que les exige innovar y luchar para formar personas educadas y de bien, siempre anteponiendo la vocación contra toda adversidad. Los directivos docentes también deben valorar merecida y justamente la significativa tarea docente. Recordemos que no existe ningún colombiano que no deba su grado de educación a los maestros. Lamentablemente, en esta ocasión no hay nada que amerite celebración, ya que los últimos gobiernos se han dado a la tarea de arrebatar las pocas reivindicaciones que con unidad, organización y lucha, ha conquistado el magisterio. Pero el presidente Santos ha dado muestra hasta ahora de buena tónica, al constituirse una Comisión del Congreso, el Gobierno y Fecode encargada de concertar el Estatuto Único Docente y la negociación del Pliego Nacional de Peticiones del gremio. ¡Felicidades, Maestros!
Benjamín Maza Buelvas
C.C.No. 9.072.891 de Cartagena.
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