Es lamentable, desde todo punto de vista, que la Administración Distrital tenga dentro de sus operadores a personas que la desprestigian de manera letal y pérfida, que es lo que sucede cuando entran seres humanos sin alma a formar parte de ella, pues todos ellos trabajan para sí no para la bienandanza y alegría de las crecientes comunidades insatisfechas con sus necesidades básicas. Es el pensamiento que viene a la mente de la ciudadanía cuando se conoce la serie bárbara de desvíos y malos manejos con lo público, con lo que es de todos. Ahí es cuando se entiende a la perfección la definición de desalmado. "Qué cantidad de doctores de mala clase", decía mi santa madre.
Rogelio Vallejo Obando
C.C.No. 19.127.119 de Bogotá.
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